viernes, 5 de mayo de 2017


De cómo el príncipe o la princesa se convirtieron en un pelele, no en Nepal

Podía haber estado la venus de Botticelli pintada en cualquiera de aquellas frías paredes. En Nepal se llenaban hojas y hojas que anunciaban la existencia de más de 800 orfanatos, con lo cual podría parecer que el abandono hacia la descendencia era algo más que un deporte de subsistencia. Pero la verdad que me gustaba pensar que no era cierto, pues otras páginas se llenaban anunciando que el tráfico de niños con dólar como monedo de cambio se había convertido en una práctica no obsoleta.

Ahora pensaba en ese cuadro renacentista desde un punto occidental y lo que me venía a la cabeza aún era más surrealista…allí van las palabras…

La concha ya aparece en llamas, pues quien fue víctima del intento de resurrección de aquel amor que tal vez existió entre dos personas, parece no tomar sentido tras el egoísmo de ambas partes.

Ahora la figura que la corona no es más que un espejismo; un espejismo que se resigna a ser punto de mira en ese banco de los acusados creado para aquellos que han nacido como moneda de cambio; moneda de cambio a la pasión que se perdió tras el olvido de la utilización del “plural” como razón de convivencia.

Por su derecha aparece la madre o padre, venus o marte,… tomando la forma de Némesis y dando la bienvenida a la venganza; mientras nos muestra el juego del desquite contra una persona.

Por la izquierda aparece la madre o padre, venus o marte… tomando la forma de Erinias dando la bienvenida a la ira; mientras nos muestra la indignación del ser, al sentir vulnerado sus derechos personales, los derechos de la primera persona del singular.

En el centro no hay ni madre ni padre, ni venus ni marte…tomando la forma de una figura hecha de lágrimas por aquellos que creían acorazarlo; mientras nos muestra que el amor, la belleza, el matrimonio, pueden ser una invención.

Es figura de lágrimas de niños aniquilados por aquellos dos que tenían miedo a perder el yo que habían forjado sin rienda suelta, por culpa de poder ver desaparecido un nombre propio que hasta cierto día les identificaba.

Ahora según presentaban de puertas hacia fuera, el cuidado y la educación de sus hijos se convertía en su obra maestra, olvidando tal vez que el personaje que tomaba el centro de atención ya tenía suficientemente pluma como para poder decorar su vida; olvidando que manejar y controlar solo producen una respuesta…agresividad y resentimiento

Pero cuando una mujer se lo propone hace lo que quiere con un hombre,  pero cuando un hombre se lo propone hace lo que quiere con una mujer; pero cuando una mujer y un hombre se lo proponen olvidan que hacer con un hijo que les une, pues ya no es principio ni fin de todos sus intereses.

En una época en que el individualismo y la pasión por uno mismo son más poderosos que nunca, tal vez la sociedad de hombres y mujeres tendría que empezar a pensar libremente en términos de orientación sexual; porque así su relación ya no estaría determinada por formatos de género asociados a cada uno de los sexos, sino que estaría basada en el deseo de compartir las emociones y las razones que ambos sepan generar, valorar e interpretar.

Hijos solos o acompañados, hijos arrancados de sus familias, hijos e hijos….son seres sin tener la culpa; de oriente a occidente……orfanatos encubiertos, lo mismo que ciertos.



lunes, 1 de mayo de 2017


De cómo la senectud se convirtió en cuerpo de cautiverio, no en Nepal

Ahora el llamado viejo mira al vacío sin nieta alguna a la que agarrarse, pues la misma ha estado separada de aquel que según parece no aporta. La sociedad actual parece estar inmersa en una posición Aristotélica entorno a la vejez, como si esta se tratara de un estado de decadencia y en absoluto de garantía de sabiduría; así pues, la sociedad actual omite la vejez relegándola a toda suerte de residencias.

Ese entorno de vida que parecía verde por hoja existente, parece convertirse en geriátrico, pues ese parece ser el último hogar digno para una persona. Ese parece ser su último refugio; pues ahora se reduce a una sala de espera, una cueva de pena, un recinto de tristeza…

Por desgracia los que ahora valoraban más que nunca cada nube que veían tras aquella ventana, cada flor que emergía de aquella mesita de espera. Aquellos que ahora apreciaban más que nunca la vida, al mismo momento que se lamentaban del porque haber tardado tanto tiempo a aprender a perdonar o a olvidar, aspectos que tiempos atrás tal vez les habían separado de seres queridos, eran relegados a la respuesta por falta de pregunta.

Son tantas cosas que aprenden a día de hoy, son tantas cosas las que no sabemos y que podríamos aprender de ellos que los acabamos relegando al silencio por falta de astucia.

Ahora más que nunca, cada uno de aquellos ancianos están allí para darnos una nueva lección, pero nosotros tras ese bloque de cristal seguimos ignorándolos muchas veces; pues desgraciadamente parece que tengamos que llegar a la vejez para entenderlos…

Llego a Nepal y la estampa cambia; ancianos y pequeñas andan cogidos de la mano sin esperar una salida del colegio para encontrarse. Me encuentro inmerso en un conjunto de personas que andan por la calle y que se dirigen a cada uno de ellos con la expresión de hermano/a grande o pequeña, sin importar la necesidad de que algo les una.

Algunos dirán que cada uno de aquellos viven bajo un mismo techo por falta de medios, que comparten de cerca sus vidas como único “remedio” a sus posibilidades. Pero luego uno se pone a pensar y se da cuenta que cada vez más queda demostrado que el dinero y el desarrollo, si es que así le podemos decir, lo único que nos conlleva es a la plena individualización del ser humano.

Tal vez es que fuimos engañados, y que en su día pensamos que era necesario dar valor a la familia, cuando en el fondo no éramos nada más que unos simples animales que luchaban por su propia existencia. Pero la verdad es que una vez conocida la droga llamada “vinculo” o incluso amor hacia los que te rodean, parece estúpido dejarlo de lado por un fajo de billetes que nos hacen querer soñar con un estúpido mundo creado bajo cartelera publicitaria.

Los llamados occidentales siguen llegando con herramientas que enseñar a esos países subdesarrollados, intentando dar y recibir ese amor que no sienten. Pero estúpidos de nosotros no abrimos los ojos, ni recordamos esos seres queridos que en esos mismos momentos están viendo la vida tras un escaparate de cristal llamado Centro de Día.

¿Cuándo lo que entendemos como evolución o desarrollo se convierte en involución? Todo dependerá de las ganas de ver la realidad de las cosas o que nos tropezamos con un espejo, que nos diga las verdades que no queremos escuchar… no esperemos que él o ella tenga que tocar el piano para pensar que son diferentes…