domingo, 27 de julio de 2014

Pues este salió así

Palabras mojan mis ideas, es de madrugada cuando ahora escribo

Me despierto sin tener sentidos, para recuperarla inocencia de cuando era niño

Pues con ojos aun cerrados puedo aceptar quien soy sin conocer la duda,

Pero a medida que van pasando los minutos, mis palabras se ven pensadas por un ya ocupado segundo.

Ya se van transformando en frases largas que buscan respuestas a nuevos dilemas planteados y como aburren al presente acaban por dar un golpe a esa nueva pantalla que ilumina la tienda de dos de la mañana.

Tal vez estar tanto tiempo en el mismo sitio dificulta la idea sana y por eso la misma se ve emborrachada por míseros pensamientos que necesitan cuestionarse algo sin alternativa a poder descansar.

Vuelvo a intentar dormir mientras espero que aparezca algo nuevo; eso sí, sin tener que estrujar un cerebro tal vez desbordado por la repetición…

Pulgar con índice se intentan dar un chasquido sin llegarse a tocar; una y otra vez lo siguen intentando al momento que los oídos se mantienen a la espera de ese sonido característico que une cada una de nuestras filas, una nueva manzana cayo en el verde suelo sin esperar el paso de ninguna mente pensante. Es a partir de ese momento que me puedo dar cuenta que ha habido un cambio; pues seguimos enfatizando la idea de cuantificar aquello que podría ser eterno y por culpa de ello nos damos cuenta cuando las cosas dejan de estar junto a nosotros.

Tal vez sería todo más fácil si el materialismo dejara de tener tanto poder entre nosotros y tomáramos más en cuenta cada una de aquellas palabras que pasan por nuestra cabeza y que nunca llegamos a pronunciar, pues tal vez de esta manera no dependeríamos tanto de la percepción para poder pensar que somos algo; para poder pensar lo que queremos ser o bien lo que realmente somos. Pues ya hace años que olvidamos que como niños podíamos aceptar como éramos sin conocer la duda.

Las cosas van y vienen porque según parece nos han enseñado a vivir en una máquina con más cuerpo que mente; aunque podamos pasar meses olvidando cada uno aquellos dedos de los pies que según parece nos mantienen erguidos, sólo cuando dejamos de ver aquello que nos gustaría ver acabamos resignándonos en el gusto por la llamada nostalgia.

El mundo es un reflejo del aparato sensorial; intento volver a despertar por la noche con frases cortas, pues uno busca alternativa a crear tras una nueva mañana de repeticiones. Puto tiempo que nos envejece y que nos obliga a disfrutar el minuto creado bajo temporizador.

Espero de nuevo la madrugada para dar frases sin tiempo y sin duda, sino no escribir pude ser una solución en un tiempo.tiempo…


Sigo escribiendo desde Cawston; la manzana que veis tal vez no está…



viernes, 18 de julio de 2014

Palabras que hacen pensar

Fue uno de esos días en los que de nuevo volvía entre las líneas que marcaban cada uno de aquellos cortos manzanos que se alineaban sin sombra marcada. Los pasos de mis pies desnudos se seguían separando entre crujidos de hierba muerta y al son de cada uno de ellos se alternaban dos palabras que parecían estar en disputa por un reencuentro imposible; tal vez imposible por la  existencia de una entrepierna que parecía ser el centro de su desunión.

Una se llamaba pasión y la otra se llamaba amor; la verdad que yo sin dar vuelta alguna a la cabeza, estaba dispuesto a seguir adorando cada uno de aquellos libros de los cuales solo conocía una bella tapa, pues esos eran mis deseos internos y sin saber si sabían contar historias de amor, preferiría seguir andando a tientas por cada uno aquellos caminos que tal vez sin o con manzanas me acabarían marcando a tortazos los sueños de la pasión.

Sólo gracias a ellos se me desvelaban de nuevo las ganas de pensamientos obsesivos de energía nunca desbaratada en los que inventar nuevas historias con final no siempre feliz cuando verían la realidad; pues no quería pensar que la perduración del cariño se convirtiera en una amistad producto de un sentimiento tal vez inventado; producto de un vínculo estúpido por un contrato de larga convivencia.

Así que seguiría  volcado en la adoración obsesiva al otro; pues que mejor que morir de agotamiento por una pasión interna que te consume y así poder seguir engañando cualquier impulso de sueño e intento de calma a un puto cerebro que busca la conformidad del que no está dispuesto a sufrir.

Pues era consciente que sólo sufriendo podía seguir escribiendo, pues era  la única manera en espacio donde la conciencia podía perder los referentes; era la única manera para entrar un poco en la locura, al intentar encontrar mí espacio atemporal propio.

Ahora sólo me quedaba reflejar un “viva” a esa acción de padecer; a esa perturbación o afecto desordenado del ánimo. A esa inclinación o preferencia muy viva de un alguien que podía ser yo a otra persona.

Con ello invitaba a todo el mundo a padecerlo; pues los pies siguen andando por separado al mismo momento que sigo andando por esa hierba muerta que separa los manzanos; más claro el agua, pues no hay tiempo en esas tierras en que me ataque ninguna sombra de un ciprés alargado.

Pero para los que siguen o seguimos pensando, que puede existir el amor con pasión, que disfruten de la canción; pero que recuerden también que tal vez no siempre los niños vienes de Paris.

Bonita canción; los pies siguen su camino por separado al momento que los dedos de mis manos se siguen desgastando por un nuevo thinning de mañana; pero el desgaste de las mismas no se ven condicionadas por caricias de pasión, pues tal vez es por esto que se echan a perder.

Como decía alguien tal vez era todo más sencillo cuando se dejaba de pensar con el corazón o con la cabeza y se pensaba más con la entrepierna; pues en el fondo ella era quien separaba mis pies, quien seguía separando esas palabras…


Seguía escribiendo desde Cawston, Canada…





viernes, 11 de julio de 2014

Sacando malas hiervas

Allí estaba yo tumbado de rodillas mientras veía corretear a los niños con la bicicleta; por unos momentos intentaba soñar con la llegada de esa bandeja con vaso ancho de limonada helada en la que en tantas películas había visto aparecer. Sí, seguro que sería un vaso transparente con grandes cubitos que sin agujero alguno aguantarían firmemente esa pajita tal vez de tiras verdes que acabaría arrojando en cualquier sitio por dificultar cualquier sorbo profundo.

En otros momentos intentaba no pensar en la llegada de aquellos amigos de adolescencia del que capitaneaba la bicicleta, los cuales me podrían utilizar como blanco seguro para aliviar mediante la violencia las subidas de testosterona con las que no estaban acostumbrados a lidiar.

La verdad que cualquier visión que me pudiera llegar me sumergía a ese “way of life” de los años 30 en donde cualquier familia de los USA con casita blanca de madera y perros por portón se dedicaba a sonreír las gracias a cualquier acción ajena.

Pero la verdad que al final de cada uno de aquellos días no acababan llegando ni los refrescos ni esa mítica tarta de arándanos.

Así que tras haber evaporado ese termo de té que de buena mañana me preparaba, me sacaba mis molidos guantes de persona de campo para observar las dimensiones que alcanzaban las ampollas de mis manos no producto de la pubertad; era momento de dirigirse al super que se encontraba unas cuantas calles abajo para mi ración de Colt 45 (Strong Beer) con la que acababa suavizando la ducha que poco le faltaba por llegar.

Allí me encontraría con mis compañeros de fatiga, con los que acabaríamos debatiendo que si el cambio del dólar canadiense al euro acababa siendo rentable por el esfuerzo demandado; pero la verdad que los comentarios de cada uno no tenían derecho a trasnochar en esas agradables noches de verano, pues el toque de diana se presentaba cada día a las cinco de la mañana.

De buena mañana se abriría una inmaculada “way of life” de cualquier campaña publicitaría con la que vender una nueva esperanza de sentirse mejor; tal vez nosotros no teníamos casita de madera ni perros rodeados de enanitos, pero al menos la sonrisa cuando aparecía, era sincera.

Así que como una flor no elige su color, nosotros no somos responsables de lo que hemos llegado a ser. Según parece de esto sólo te das cuenta cuando llegas a ser libre y convertirte en adulto es ser libre. Ahora según parece soy adulto y libre de sonreír cuando lo siento. Hoy sonrío a cada momento…es mi “way of life” y no espero que se escoja tras ninguna pantalla publicitaria.


De nuevo con mi bolsa “Munich” cargo con termo de té por si no aparecen zumos de invitación; eso sí expuesto a regalar sonrisas a cambio de nada.



domingo, 6 de julio de 2014

Bien, allí en Cawston; así que tal vez

Intentaba recordar ese Ángelus de Millet que tal vez era, pero no veía nada claro, pues yo recordaba paz, medianoche, oración por las cosas que tal vez nos había dado la tierra; si tal vez un sermón a un alguien que nos inventamos en momentos de flaqueza. Si ese opio del pueblo que sin droga inducida acaba intentando no mermar esas ilusiones que pensamos que no han quedado en el olvido de aquel que sueña sin conseguir nada; sí, tal vez una forma estúpida de buscar la felicidad sin placer.

Ahora veía arneses, laders y toque de comienzo hacia conseguir ese dólar preciado con el que poder dar una nueva carta de presentación a cualquier farm a la que acudir; la puta tierra se había convertido en un perfecto fenómeno de capitalismo. Por otro lado las ropas anchas y el anhelo de Woodstock se habían quedado en una mera imagen de ropa vintage con la que pasear una forma de ser que quedaba cool.

No me veía ni siguiendo un Dios con el que creer ni arropándome con la seguidilla del último calo con el que continuar la ronda de toma aire de abstracción del momento; pues parecían ser ambas una evasión del momento que veíamos pasar y no estaba en momento de seguir soñando, pues de vida tal vez solo me habían dado una.

Pero de todas maneras, a pesar de tal vez ver como se había perdido el romanticismo de esos cuadros que nunca vi pintar por no ser inmortal y sin tal vez estar seguro si ello me importaba, me daba cuenta que la competividad ya llegaba más allá de allí donde todos los dioses con los que sermoneábamos podían llegar; eso sí, según nuestro intelecto de sueño anterior.

Así que me limitaría a conseguir unos dólares canadienses a mi manera sin que ello me contradijera a mis principios, que sin ser estelares serían estúpidos contar, pues tal vez los mismos no estaban más allá de lo que la sociedad me había obligado a pensar; así que tal vez también eran capitalistas por muy cool que pareciera  tomar el té de buena mañana con taza requemada por fuego de transformación.

Así que tal vez por locura pasajera con quien pasear estos comentarios, era feliz de vivir entre manzanos en esa pequeña casa de tela sin hipoteca marcada con la que podría volver a crear imágenes con palabras; ahora sólo me dolía cada vez que tendría que arrancar una nueva manzana de ese árbol prieto porque alguien soñó en que el tamaño importaba.

Tal vez fue una nueva inventiva de enseñar con aquellos que parece que no se quejan, que la evolución viene marcada por aquel que se adaptaba mejor a cada uno de los momentos que le toca vivir y a ello li llaman inteligencia…; pues tal vez ese día se tomaron de muestra las manzanas como comodín mientras veíamos como se acababa un romanticismo que nos inventábamos.


Sí supongo que es el arte de vender productos, la confusión entre arte y decoración; la confusión de darle fuerza a esa manzana de Eva en un libro con el que pensar en momentos de flaqueza.. pu2es no lo entiendo o es que ahora la tengo que tirar para que la otra tenga más suerte en la vida; o es que tal vez es una representación de Kain y Abel; o es que tal vez el capitalismo es una religión…o es que a la religión le funciono el hecho de que hubiera dinero por el medio.



miércoles, 2 de julio de 2014

No te engaño

No te engaño si te dijo que no hace falta que llegue la noche para soñar; pues a día de hoy aun con luz te puedo recordar.

No te engaño sí creo que mucha más agua de la que vimos juntos caer tiene que caer para que un día regreses; pero tal vez llegue el día, en que las cenizas que caigan del cielo de todo el tiempo que quemamos se conviertan en plumas.

No te engaño sí creo que nunca llegamos a confiar en nosotros mismos y que tal vez entramos a la guerra tan cruel de jugar uno contra uno mismo; pero tal vez llegue el día en que aprendamos a jugar con la vida sin que la misma juegue con nosotros.

No te engaño si creo que cuando viajas tal vez acabas magnificando los sentimientos, incluso el amor; pero tal vez llegue el día en que nos demos cuenta que el amor se puede convertir en el viaje más bonito del día, sin tener que mover los pies del suelo.

No te engaño si creo que mientras tú estabas intentando olvidar lo tuyo  yo estaba intentando olvidar lo mío; pero tal vez llegue el día en que nos demos cuenta que durante ese tiempo nos acabamos olvidando uno del otro.

No te engaño sí creo que a veces me engaño a mí mismo; pero tal vez nunca llegue ese día y por eso sigo escribiendo lo que pienso.

Sí lo sé, hoy siempre es hoy y tengo que recordar que es el tiempo de las cerezas; pero como no tengo nada de que huir me pongo a escribir.

Hoy camino a ese asentamiento de buscadores de trabajo de Keremeos me vino esta canción a la cabeza y muchas cosas más… siempre hay un tiempo para todo con lo que tendré que aprovechar antes de que sea demasiado tarde; pues ellas nunca llegan a Noviembre.

Empieza una nueva aventura aquí en las calles de Kelowna con el pulgar levantado.