domingo, 29 de enero de 2017


El día que recordé a Donald… Donald L. Shaw, George Orwell y The Wall

Podría ser un día cualquiera en Nepal, en donde uno se levanta con ganas de conocer y explorar costumbres y tradiciones, que le sirvan para entender aquel país en el que uno ha decidido vivir. Pero el hecho de que la Agenda-Setting del momento sea tomada de forma mundial por el gabinete de prensa de Estados Unidos, acaba obligando a que uno le dé la espalda a la realidad, sin darse cuenta.

Sí, una vez más nos vemos relegados a la posibilidad de pensamiento que nos dicta la Agenda-Setting, ejecutada sin “daño” alguno por todos aquellos sistemas informativos o informadores del sistema, que se hacen llamar medios de comunicación; la función de los cuáles es dar a incidir sobre las opiniones y temas que configuran el espacio público.

Un espacio público sin lugar a dudas enmarcado en el debate político. La elaboración de agendas está en la base de la sociología política y de nuevo se pone en primer plano unas cuestiones y disminuye u oculta la importancia de otras; pues según parece unos “escogidos”, deciden cuales son aquellas cuestiones que hay que anular, porque son perjudiciales para la estabilidad del país.

Una vez más, la deshumanizad de lo llamado “ambiguamente” lo social, se mueve por la ley de la oferta y la demanda, con lo cual quien aporte más, siempre tendrá la posibilidad de sentirse más respaldado; ya que esa máquina de creación de “simbologías culturales”, conocida también como medio de comunicación, tendrá más razones “económicas” para crear.

Eso sí, crear bajo la insignia capitalista, y no por ello evolucionista, ya que sin querer entrar en debate de la posible intoxicación estatal comunicativa a la que se ve o ha visto aquejada cualquier estado, su evolución más que la cohesión de pensamiento, busca la cohesión de enriquecimiento económico, el cual a partir del momento que se percibe como digno de seguimiento, es utilizado como evidente emblema de estabilidad de pensamiento.

Pero por suerte hay quien encuentra puntos flacos, en esas ansias de monopolización de información, establecida por aquellos que creen controlar el mundo. Hoy me alegra la idea de ver como se disparan las ventas de “1984” de George Orwell tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Hoy me alegra la idea de que un buen amigo mejicano, me anuncie la inclusión de su versión cinematográfica en las parrillas de programación de los medios televisivos del país. Hoy me alegra la idea de pensar que la gente se pueda dar cuenta que la “policía del pensamiento” está a la vuelta de la esquina; con pensamientos atroces que se alejan de la ficción, tales como que la guerra es paz, la libertad es esclavitud y la ignorancia es esperanza.

Noam Chomsky ya anuncio en febrero del año pasado que la victoria electoral de quien ahora no quiero recordar su nombre, era posible; pues era resultado del miedo de una sociedad quebrada por el neoliberalismo. Las personas se sentían aisladas, desamparadas y víctimas de fuerzas más poderosas, a las que no entendían ni podían influenciar.

Así que ahora deberemos abrir bien los ojos y preguntarnos quien ha sido el instigador de crear dicho miedo…

Mientras esperaremos que ese Gran Hermano ficticio no se vuelva realidad y que tanto los mejicanos, así como otros grupos dictaminados por aquel que se ve con el derecho de manipular; no se vean relegados en ese “Chestnut Tree Café” o café antes de la muerte, pensando que pagan por un crimen mental.



jueves, 26 de enero de 2017


El día en que Frida Kahlo y Joaquín Sabina se encontraron con las mujeres de Nepal

El hecho de buscar excusas para encontrar coincidencias tal vez inventadas, le seducen a uno cuando viaja por países que no son el suyo; es por ello que, al ver entrar esa mujer vestida de rojo en aquel habitáculo en donde impartían clases de alfabetización para mujeres, el Boulevar de los sueños rotos de Sabina aparecía en mi mente.

La verdad es que no se trataba de un poncho rojo esa vez, sino que la misma vestía un sari acomodado a las adoraciones a la Diosa Parvati; la esposa de Shivá que tras paso por pira crematoria se había reencarnado para poder seguir a su lado.

Parvati encarnaba la feminidad, y con rostro brillante como el sol naciente, poseía una hermosa figura, amplias caderas y todas las cualidades exaltadas del sexo femenino.

Pero sin tal vez tener tiempo de fijarme en ese aspecto que pudiera despertar o no esa mujer, la canción de Sabina seguía sonando y ahora aparecían en ella Diego Rivera y Frida Kahlo.

Pues ahora que pienso, tal vez no fuese una coincidencia que no me fijara en su aspecto exterior, sino que era la fuerza la que aquella mujer desprendía, la que era equiparable a la propia Frida Kahlo.

Frida Kahlo en su día tomo los pinceles no como forma de escapismo, sino como forma de expresar la realidad de una misma. Como ella misma decía; ella nunca pintaba sueños, sino que pintaba su propia realidad.

Frida Kahlo con sus pinturas daba voz a su propio dolor y a los sin palabras de ese mundo, que vivían oprimidos por las tradiciones de un pasado puritano.

Una mujer tal vez rota por dentro, pero al mismo momento con un interior terriblemente bello. Realmente sería increíble que cada una de aquellas mujeres allí sentadas en flor de loto, ahora tomaran también esas plumas como nuevo elemento de compañía.

Que pudieran tomar esas plumas como nuevo estandarte de expresión, y nos pudieran avasallar con poesías escritas llenas de realidades vividas; de realidades que aún siguen allí dentro por culpa de aquel que se cuidó de anularlas; aquel que las anulo, por miedo a verse por debajo de aquel nivel inventado por los seres humanos

A ver sí, de una vez por todas, la gente empieza a entender que no hay nada de maravilloso en empequeñecernos, para que los demás no se sientan inseguros a nuestro lado.

Ahora cae en mis ojos “Autorretrato con mono” de Frida Kahlo. Sí, aquellos monos a los que dio forma en su imaginario, representando a los hijos que no podía tener. Ando por las calles de Nepal y también veo monos, pues el dios mono es venerado por los hindúes y es la expresión misma de la humildad.

Pero tal vez ya está bien de buscar coincidencias por hoy… aunque es verdad que se espera que un ser humilde tenga interés por encontrar temas fascinantes, explorar y descubrir nuevas cosas; y con ello encontrar caminos no sólo para comprender el mundo, sino para ayudar a comprender a los demás.

Así que acabaremos con un clásico - todo está conectado en esta vida, todo pasa por algo-. Ahora sí, espero que tras la dificultad por cultura, de poder ver llorar aquellas mujeres que toman sus plumas como nuevos pinceles para expresar su interior; aprendan a reír como llora Chavela.



martes, 24 de enero de 2017


De niña a anciana social sin darse cuenta

Tal vez ni llegada a la menarquia, esa doncella fue casada con alguien mucho mayor que ella, perdiendo su infancia a cambio de que su familia no tuviese que ofrecer un dote demasiado elevado a sus posibilidades económicas. Un matrimonio temprano que se cimentaba bajo la idea de que la pureza de ese cuerpo femenino auguraría bienestar a ese hogar.

Según la tradición hindú, el matrimonio es esencial para todos, ya sea hombre o mujer. Mientras que la vida de un hombre no se considera completa sin una esposa, una mujer no tiene otra opción que casarse

Pero lo que esa doncella tal vez aun no sabía, es que el matrimonio tendría una importancia abrumadora para su vida, pues su acontecimiento determinaría casi todas sus opciones de subsistencia subsecuente.

Llegaría el día, en que esa doncella se convertiría en madre justo a la llegada de su menstruación, a cambio de que alguien y tal vez no ella, viera realizado su objetivo de ver hecha realidad esa reproducción esperada.

Pero sin saber porque “Tempus Fugit”, y esa madre que aun arrastraba la inocencia de Perséfone sin conocer la menopausia por asomo, se convertiría en anciana social tal vez tras el último terremoto de 2015 de Nepal, tal vez tras la pérdida de un marido que migro a cambio de trabajos forzados en el extranjero o tal vez por…

Ahora vestida de blanco o no vive estigmatizada bajo la categoría social de la viudez. Es una frágil niña hecha mujer que no tiene documentos que demuestren sus derechos sobre la propiedad de su marido. Un alma que lucha por defenderse por sí misma en un país donde las viudas se enfrentan a la hostilidad, abuso, discriminación e incluso esclavitud; pues la viudez sigue rodeada de tabúes en esa sociedad patriarcal.

Como mucho le quedará la posibilidad de vivir con sus suegros, pero será confinada a la casa y será tratada como una sierva. Unos suegros que incluso la culparan por la muerte de su marido, por una negligencia que nunca ejerció. Pero aún habrá quien pensará que su marido murió como castigo por actos inmorales o crímenes cometidos por ella en una vida anterior. Cuanto más jóvenes son los maridos cuando mueren, mayor es la gravedad del crimen que las viudas se cree que cometieron en la vida pasada.

Ahora ya no puede asistir a ceremonias religiosas u otras celebraciones pues tiene que evitar la alegría y abandonar su ropa roja con esas cuatro joyas que la siguieron en una infancia que nunca vivió.

Ahora mismo podría acabar el cuento, pero la verdad es que el mismo sigue porque se trata de una realidad.

Una realidad que sigue al ritmo de las guerras, las luchas civiles, las enfermedades (SIDA) y los desastres naturales, los cuáles aumentan la creación de más millones de viudas: viudas de niños, viudas jóvenes, viudas y huérfanos que no paran sin cesar.

Además de las dificultades prácticas y emocionales a las que se enfrentan estas nuevas viudas, se enfrentan a la terrible privación de sus derechos humanos fundamentales básicos: vivienda, alimentación, salud, empleo, educación de los niños, acceso a la justicia, Y muchas veces la vida misma.

Hasta luego…resto esperando la esperanza de esperar



viernes, 20 de enero de 2017


¿Permitiremos una prórroga hasta el año 2022?

El mundo futbolístico puesto a escena el pasado día, me había abierto la posibilidad de que hoy pudiera hablar de otra de las realidades por suerte cada vez menos tapadas, que sufren aquellos nepalís que son invitados a vivir en un mundo de “ensueño”

Ahora después de conocer la realidad. ya no encontraba tan gracioso aquel video de Qatar Airways en que un grupo de conocidos jugadores de fútbol, nos presentaban amistosamente las normas de seguridad de aquel vuelo que unía Doha con Katmandú. La unión entre tal vez uno de los países más ricos con uno de los más pobres del mundo.

Y como pasa en estos casos, el hecho de encontrar con facilidad vuelos regulares entre ambos países a uno le da a pensar que la existencia de los mismos, no son nada más que el resultado de intereses económicos o mejor dicho intereses por conseguir mano de obra a la que explotar.

El 2 de diciembre de 2010 Qatar era elegida para celebrar el Mundial de Fútbol de 2022. El país del gas y el petróleo tomaba con ganas ese balón dorado que haría correr de nuevo a grupos de gladiadores con ganas de realzar sus actitudes patrióticas.

Para poder conseguir la mejor estampa posible, era necesario poder ofrecer al mundo la mejor imagen de fondo y conseguir construir las instalaciones bajo los últimos avances tecnológicos, unas instalaciones que enmascaradamente se iban tiñendo de sangre día a día.

Sí, aquel Nepalí que vivía en entornos rurales o bien aquel que era conocedor del caos organizado de Katmandú sería invitado al país del progreso, al país de las oportunidades; pero tal vez no sabían que serían atados bajo cuerda corta con el sistema Kafala.

Con el sistema Kafala los trabajadores son sometidos bajo un contratante, el cual es el responsable de su visa y estado legal. Eso permite a los contratantes que puedan retener sus pasaportes y puedan abusar de sus trabajadores con pocos riesgos de consecuencias legales.

El resultado no es otro que poder tener un importante número de nepalís trabajando y viviendo en condiciones insalubres. Unos trabajadores que han tenido que pagar previamente una importante cantidad de dinero para poder acceder a este puesto de trabajo y que poco a poco irán devolviendo con su esfuerzo para saldar cuentas.

Es una entrada al país con un imaginable billete de vuelta, que será efectivo en el momento en que aquel que manda, crea que es momento de volver el pasaporte a aquel que por suerte no ha perdido la vida. Aquel que no ha perdido la vida, entre cada uno de aquellos días que se volvieron un espejismo, de ese mundo de ensueño simulado por unos interesados que observan la vida entre copetes.

Aquellas victimas de guerra social volverán de las tierras del Golfo, armados de televisores de grandes pulgadas, con lo cuales con lágrima contenida intentaran dar a entender a su familia que el esfuerzo bien valió alguna que otra recompensa material.

Ese mismo televisor a finales de noviembre de 2022 será escaparate de presentación para aquel padre, hermano, amigo que podrá decir que aquello allí presenté, fue gracias a un esfuerzo que tal vez aún necesitan olvidar día a día entre pesadillas nocturnas.

Hoy me tropiezo con una joven en la calle y hablando de su futuro, me dice que quiere abandonar el país para ir a trabajar a Qatar o a Dubái, pues según dicen los medios de comunicación allí la riqueza da la alegría a la gente…por desgracia la historia se irá repitiendo sino mostramos la realidad de las cosas.

El mundo al revés; el primer mundo se llena la boca de poder vivir a lo “Captain Fantastic,” alejado de lo conocido; mientras el tercer mundo sueña en conocer lo que ven tras una de esas pantallas, que tal vez un día llegó de un vuelo de Doha teñida de sangre.



miércoles, 18 de enero de 2017


El día en que Messi, Cristiano Ronaldo, Chomsky y Chauvin se sentaron en la misma mesa en Katmandú


Cuando de nuevo te bajas a la 1.30 del mediodía a por tu ración de Chowmein (fideos fritos acompañados de lo que quieras) y aparece el típico joven que se sienta en la misma mesa que tú, para informarse de tu procedencia; suele sucederse uno de los episodios típicos en tierras foráneas.

Mi respuesta más común es Barcelona, pero hoy respondía España. Uso esta “palabra” para poder dar un punto de localización al preguntante, pues creo haber perdido hace tiempo la necesidad de hablar de nacionalidades y con ello tener un grupo menos al que tener que formar parte, un grupo menos con el que se me catalogue como ciudadano.

Pero lo curioso o no de ello es que mi respuesta iba seguida de las siguientes palabras del preguntante; la Liga, Barcelona, Madrid…

De nuevo uno se da cuenta que el chovinismo patriótico cruza océanos cogido de la mano del futbol, como el único elemento capaz de exportar a otras culturas.

¿y quién es el culpable de todo ello, si es que realmente hay que señalar un culpable? Tal vez la opción fácil sería pensar que el allí preguntante era el falto de información, en relación al sitio de dónde venía; pero tal vez una visión más realista sería pensar que el futbol se ha convertido en un elemento eficaz de persuasión utilizado por los políticos para tener su rebaño, alias “pueblo”, distraído.

De nuevo la estrategia de la distracción que en su día Chomsky nos señalaba, sale a relucir. La experiencia de aquellos que mandan, ha demostrado que el método más simple es mantener el público distraído con temas sin importancia y así conseguir que los mismos sean ignorantes de los problemas y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas.

Que mejor que comprometer sus emociones, aumentar su egocentrismo y su gusto por las actividades emocionales y físicas que muestran esos 22 jugadores que corren como gladiadores defendiendo una nueva etiqueta de catalogación.

Gracias a ello conseguiremos multiplicar sus confrontaciones mediante ataques emocionales, los cuales ayudaran a tener una “mente ocupada”, sin aspiraciones en pensar en nada más.

Unos atribuirán esa necesidad, llamémosle también distracción para no ser tan duro, como su única forma de evasión tras tal vez salir del trabajo. Sí, esa mente ocupada durante ocho horas laborables, desconectara tras comentario radiofónico o televisivo de las últimas andanzas del deportista del momento.

Pero paralelamente la vida va pasando sin darse uno cuenta y la realidad tal vez por nuestro propio interés parece verse enmascarada tras un mundo que no sé si queremos conocer o bien evitamos; y es por ello que nos acomodamos a perderlo hábilmente frente un televisor.

Tal vez soy yo el que me tendría que comprarme un televisor mañana y dejar de pensar en cosas que tal vez no me van a llevar o no a una mejor vida, pues las mismas no tendrán mucha más connotación que a mí mismo, pero creo que con eso a mí ya me vale. Tal vez es que un día pasé de ser etnocéntrico a egocéntrico…

Clement Walker advirtió, "No puede haber alguna forma de gobierno sin sus propios misterios, los cuales deben ser ocultados a la gente corriente, la ignorancia y la admiración que nace de la ignorancia son los padres de la devoción y de la obediencia civil".

Ahora yo me imagino que aun puedo encontrar algo misterioso en mi y por eso me sigo devotando a mí mismo.

Por los que estéis interesados en como acabo aquella conversación con ese joven, os diré que no llego muy lejos, más que nada por mi aun ignorancia con el idioma nepalí. Pero siempre nos quedaran aquellas canciones que no entenderemos y no por ello seguiremos escuchando, porque suenan bien.



viernes, 13 de enero de 2017


No dejes de llorar por mí, Testosterona

El hecho de estar en Nepal, un país mayormente hinduista, conlleva a que el tema de la desigualdad de género aparezca como carta de presentación en muchas de las situaciones diarias.

Pero ahora no voy a entrar en el terreno religioso, pues de allí de dónde vengo, una religión que tampoco comparto; la llamada virgen María representa también el modelo de mujer sin deseos para sí, ni siquiera el deseo sexual, y con la maternidad como única aspiración, parece querer representar el ideal al que todas las mujeres deben aspirar.

Sí estúpidamente pasa en todos los lugares del mundo, de forma más o menos enmascarada se necesita agarrarse a la separación de género; una de esas incomprensibles necesidades humanas de clasificar el mundo simbólicamente para poder ordenarlo y pensarlo.

Gracias a ello vamos creando estereotipos de género, que nos anulan como personas y que acaban limitando nuestras acciones al son de aquel que debemos adorar sin haberlo conocido.

Uno de esos estereotipos que apareció el pasado día en el templo de Pashupatinath, fue el de llorar; según parece y dejando aparte de que si según el hinduismo, la muerte es o no motivo de tristeza debido al hecho de que es una puerta a una nueva vida. La cuestión es que las mujeres no pueden asistir a los funerales por ser consideradas demasiado emocionales y sensibles, con lo cual el problema es que tal vez se pondrían a llorar…

La verdad es que uno no entiende lo que estamos creando. No me valen de ninguna manera aquellos estudios científicos que dicen que las mujeres lloran más porque sus conductos lagrimales son más cortos o bien de si es una lucha entre la prolactina y la testosterona; pues no me cabe en la cabeza que la razón universal se base en el conocimiento científico, ya que el poder del ambiente ya sobrepasa la genética.

Al fin hacemos creer que más que la testosterona, es la estupidez la que se nos sube a la cabeza y consigue que la gente termine por creer que expresar los sentimientos es un signo de debilidad y que las mujeres a quienes sí les está permitido llorar, son seres débiles.

Todo viene por hacer aparecer la palabra “genero” en nuestros diccionarios; como aquella organización social de las relaciones entre sexos. Un sexo imprescindiblemente de ser definido, para cada uno de aquellos que quieran gozar de según parece, una vida adaptada y saludable psíquicamente, dado que el reconocimiento social pasa por adaptarse a esta norma.

Una vez más la interacción social que tanto parece que nos junta como personas físicas nos acaba alejando como personas emocionales que somos. Uno según parece ya no puede expresarse como quiera, según sea hombre o mujer, pues la etiqueta cayó del lado de la incomprensión.

Así que espero que llegue el día en que los humanos sin importar ningún orden estúpido de clasificación, sigan disfrutando de cada una de aquellas lágrimas de dolor y felicidad, pues las mismas nos ayudan a recordar que aun somos algo.

Me voy de Pashupatinath bien entrada la noche, finalizó la ceremonia diaria a Shiva; sonaba la voz entre el armónium y el tabla. Espero que el fuego allí presente no resecara los ojos de los allí presentes, pues mi conducto se quedó seco, de emoción…


martes, 10 de enero de 2017


Aprendiendo a aprender

Son la 1.30 del mediodía y los integrantes del Proyecto Joven llegan a una amplia sala con moqueta azul; allí un grupo de chicos parece ver pasar las horas frente un televisor, el cual en muchos casos parece ser su única ventana al exterior.

Pero esta es la segunda semana en que curiosamente está pasando algo especial, que tal vez hace un tiempo sería impensable. Esos chicos de la sala de la moqueta azul, conocidos también como los chicos de la casa de acogida de Siphal, empiezan a ver que ya no es momento de evadir la realidad a través de una pantalla que hace despertar sueños inalcanzables; empiezan a ver que es momento de afrontar la realidad y utilizar aquellas herramientas que realmente tienen a su alcance para que así luego ellos, puedan ser los protagonistas de dichos sueños.

Ahora esos chicos de Siphal cuando ven llegar a la 1.30 al Proyecto Joven d’Amics de Nepal corren a apagar el televisor, al momento que se suceden una serie de entradas y salidas de esa sala como si se fuese a acabar el mundo.

Al cabo de pocos minutos cada uno de aquellos chicos se encuentran sentados nuevamente en esa moqueta azul; pero ahora con libros y libretas a su alrededor miran a los ojos de los jóvenes de Amics de Nepal, pues tal vez poco a poco empiezan a ver que con ellos, sí que pueden empezar a confiar para poder sacar hacia adelante sus estudios.

Es el momento de las Tuitions, una práctica muy extendida en Nepal que se basa en ofrecer clases de refuerzo escolar a grupos reducidos. Los integrantes del Proyecto Joven se sitúan en cada uno de los extremos de esa sala y bajo pancarta imaginaria ofrecen sus aptitudes a cada uno de aquellos chicos; son clases de matemáticas, de ciencias, de nepalí, de inglés, etc… A partir de ahora cada una de aquellas materias tendrán una cara visible en la que respaldarse y poder creer que nada es imposible.

Tal vez algunos de los asistentes no serán poco más jóvenes que los responsables de ofrecer las clases de repaso d’Amics de Nepal, pero está claro que por encima de la llamémosla capacidad intelectual, que sin lugar a dudas es una expresión que tendría que ser borrada como sistema de clasificación del ser humano, existe una cosa más importante para que la docencia sea efectiva, la complicidad.

Sí, hay una cosa que a menudo olvidamos que se llama complicidad, que es mucho más importante en estos casos y sin lugar a dudas los jóvenes del Proyecto Joven tienen una gran capacidad en crear ese vínculo, con cada uno de aquellos que necesitan de su ayuda.

Tal vez por historias vividas, han aprendido que la complicidad con cada uno de aquellos que les han ofrecido una mano, les ha dado una mejor capacidad para conseguir sus objetivos y ahora con ello se sirven para ayudar más eficientemente a cada uno de esos chicos que les acompañan en esa sala de Siphal.

Serán tal vez unas primeras semanas de mucho trabajo, pues se tendrán que ir reestructurando los objetivos dependiendo de las carencias de cada uno de aquellos chicos, pues está claro que una vez más los responsables de decir que es lo que necesitan y que no serán ellos mismos.

Pero el Proyecto Joven ya sabe que el esfuerzo lleva a una recompensa, y una sonrisa al final de cada uno de aquellos días les servirá para buscar solución a aquel problema de matemáticas que se resiste o bien para buscar soluciones para que aquel chico de la moqueta azul que no quería estudiar, se una a ellos, porque ellos bien saben que no hay ni buenos ni malos estudiantes, sino profesores que saben o no saben despertar las inquietudes de los chicos.



sábado, 7 de enero de 2017


Una de pensamientos,… tranquilos y punto

Esa noche tocaba definir mi experiencia en Nepal con una palabra. Casi sin pensarlo, la respuesta aparecía rápidamente y era bautizada bajo el nombre de “tranquilidad”.

Tal vez una palabra sin sustento para muchos; pues desgraciadamente la misma puede ser borrada poco a poco por obligación, debido al sinfín de preocupaciones que nos avasallan día a día.

Pero pensad que tranquilidad no es sólo calma, pensad que tranquilidad no es perder el tiempo, sino que tranquilidad es la ausencia de angustia, de miedo, de culpa; indudablemente tres de los pilares en los que nos atamos estúpidamente para amargarnos la vida día a día.

Sí, la angustia que nos sacude y que nos deja sin respiración en el momento de querer decir las cosas que queremos decir. Sí, el miedo que nos anula los pensamientos que llevamos dentro por aquello que puedan pensar los demás. Sí, la sensación de culpa que nos hace pensar que lo que hacemos no es lo que en principio deberíamos hacer.

Al final sin saber porque todo pasa por no hablar, por no actuar, por no expresarnos tal y como realmente somos. Realmente menuda estupidez, con lo fácil que podría ser la vida y nos la acabamos complicando debido a unos “porqués” que aparecen mágicamente, sin que los mismos aporten una sorpresa afable a nuestro devenir.

Calla, habla, vístete, desnúdate, canta, baila, busca cada uno de aquellos verbos que quieres que formen parte de tu vida y sobretodo utilízalos cuando quieras, pues llegaste sólo y te irás sólo de este mundo, con lo que intenta que nadie sea juez de tus acciones; en el fondo las cosas te las tienes que demostrar a ti mismo y a nadie más.

Tal vez estoy muy trascendental o como queréis llamarlo, pero realmente no me importa lo que penséis. Tal vez necesitaba decirlo, para ayudarme a mí mismo a dar valor a mi estado actual. Tal vez era la forma para convencerme que con la tranquilidad ya no necesito nada más, para seguir viviendo felizmente.

No espero vuestra respuesta, pues después tal vez parecería que busco un apoyo que reafirme mi forma de actuar o pensar y ello tiraría por el suelo todo lo que he dicho hasta el momento. Me sirve más pensar que lo hago es lo que quiero y ya está, así de fácil.

Cada uno toma su camino, pues nada ni nadie es dueño de nadie, sólo uno mismo es dueño de sí mismo y con eso ya me vale.

Ahora entro en el Monasterio de Kopan, allí en lo alto de Katmandú, tal vez chillaría, sin pensar el qué, pero veo mucho silencio en mi alrededor y al final me contengo. Yo que pensaba que estaba liberado de todo, pero veo que aún me faltan cosas por aprender. Tal vez es una utopía pensar que hago lo que quiero, pero engañándome o no, sigo pensando que Nepal es definido por tranquilidad.

Ahora me tomo la libertad de escuchar esta canción, tal vez en este caso no sé si enlaza con lo que he dicho, pero es lo que me apetece escuchar y con eso ya me vale - ¿el equilibrio es imposible?, ¿en este caso sería un equilibrio imposible entre lo que quiero hacer y acabo haciendo?

Perdonad estoy en el Monasterio de Kopan, me siento tranquilo…silencio, ya no toca hablar….


miércoles, 4 de enero de 2017


Gracias “Mulateros”

Empezar el primer escrito del año es tan difícil como empezar las primeras líneas de un escrito; con lo que la posibilidad de acabar con una hoja en blanco tras otra puede hacer que las noches sean más largas de lo normal.

Y la verdad es que las cosas se complican cuando los últimos días vividos se vuelven especiales. Unos días que tal vez tardaran semanas en ser valorados y que tal vez me arrepentiré de no poderlos haber vivido con más intensidad. Pero este el precio que uno paga al vivir de las emociones, pues las mismas te desbordan y te acaban hacer vivir la realidad de la vida a trompicones.

Ahora no era momento de hablar de ninguna Durbar Square, de Pashupatinath, del Templo de los Monos, de Kopan o de cualquier sinfín de monumentos que tal vez sí que me inspiraban, sino que era momento de hablar de aquello que a uno le mantiene vivo, las personas.

Sí, me he hartado de decir una y otra vez que lo que me mueve son las personas, pues todo lo otro que me rodea no es nada más que un escenario cambiante en el cual me sitúo para seguir actuando.

Actualmente según parece le había tocado a Nepal, ser ese espacio en donde vivir como figurante, y gracias a aquel lugar podía reconocer nuevas figuras con las que inventar nuevas historias que vivir.

Pero un día en ese escenario aparecían personajes de historias pasadas y con ello me trasladaba sin darme cuenta a otros episodios de la vida en lo cuáles los escenarios fueron más familiares, pues las duraciones de los mismos tras subida de telón se alargaron esporádicamente al paso de los años.

Sí, por ese escenario llamado Nepal, aparecían dos personajes que sin tal vez sin saberlo ni quererlo, habían entrado en muchos capítulos de mi vida. Sí, habían tenido que aparecer tanto en comedias como en tragedias. Eran ese tipo de personajes que tarde o temprano cuando lees un libro acabas queriendo. Sí, son aquellos personajes que mientras vas leyendo un libro les van poniendo cara y acabas soñando en conocerlos para que te acompañen en tu vida.

Ahora la historia era al revés; había conocido su cara, su sonrisa, su forma de andar y de hablar sin leer nada de ellos y con ello, lo mínimo que podía hacer era humildemente escribirles unas palabras; unas palabras que tal vez nunca llegarían a asemejarse con la realidad, pero a menudo las emociones por suerte no entienden de vocabulario.

Tal vez muchos de los que estáis leyendo esto ya les estas poniendo cara y os estáis imaginando como sonríen, como andan, como hablan.

Yo en cambio sentado en una sala de cuatro paredes me confundo y no sé si estoy en Barcelona o en Nepal, pues tal vez uno no sabe que es realidad o ficción o más que nada es que cuando uno tiene alguien tan próximo cerca, se olvida de lo que tiene a su alrededor.

Sé que se irán por un tiempo, hoy en día difícil de saber en cuanto a duración se refiere. Sé que desaparecerán tal vez de mi escenario en los próximos días, pero estoy seguro que muchos de esos días su voz en OFF seguirá sonando en mis oídos y me recordará que nadie esta sólo mientras esté despierto.

Y sino siempre me quedará su música para ayudarme a recordar, cada uno de aquellos muchos días en que compartimos los diferentes escenarios de nuestras vidas.

Gracias Uri i Magda por pasar de nuevo por un escenario de mi vida. Fueron más o menos horas juntos, pero por suerte sé que siempre estáis allí.