lunes, 2 de diciembre de 2013

Quito. Punto final

Desde esa habitación de la Pza. San Francisco en donde una ciudad tomaba el nombre de la mitad del mundo, me decidía a escribir mis últimas palabras para este año que no entendía ni de calendarios escolares ni laborables.

Sí, de esa ciudad en donde la rotación de la tierra impulsaba por inercia cualquier fluido o masa hacia cada uno de esos dos polos que egoístamente me querían atrapar. Yo por fatiga mental, me quedaba en el centro por así poder obviar con disimulo cualquier camino que me pudiera direccionar la vida. Ese centro en donde la gravedad disminuía y que me hacía tambalear tras cerrar los ojos, pues según parece mi resistencia muscular disminuía al mismo son que la gravedad; o es que tal vez también necesitaba tambalearme tras cualquier neutralidad.

Así que me despedía por unos meses en estas pocas palabras, pues a pesar del conjunto de encuentros y olvidos obligados o no durante todo este año, aún seguía escurriéndome silenciosamente tras ese último abrazo de despedida; pues el apego y desapego aún parecía seguir siendo un sentimiento a superar, o es que tal vez me engañaba a mí mismo por esas cortas despedidas que parecían augurar un rápido reencuentro.

Así que sin más prefacios, descansaría un tiempo con la intención de volver con la necesidad de transformar una visión en un poema o una anécdota en una novela. Pues volvería en el momento que tuviera ese deseo de alterar la realidad en algo más aceptable. Como bien decían buscar alterar el “ser para la muerte”, que somos todos, en una ilusión de transcendencia creada a partir de la belleza.

Así que a la espera de explorar nuevos paraísos e infiernos imaginados o hechos realidad, me despedía con una frase que leí gracias a esas once esmeraldas. La misma respondería mejor que nunca una de las preguntas que se haría la gente cuando de nuevo me viera partir.

“No viajamos para escapar de nuestras vidas, viajamos para que nuestras vidas no se escapen”


Gracias y hasta el próximo calendario laboral, escolar o tal vez dígale natural… la necesidad de que no exista un desapego me sigue “     “  las palabras…



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Se acerca el fin de un nuevo principio

A día de hoy empezaba a pensar el día en que había abandonado el llamado sitio de confort; sí, allí en donde permanecemos inmóviles visualizando el paso del tiempo bajo la seguridad de sentirnos acorazados por tierras y personas que conocen más que nadie nuestros triunfos y fracasos.

Sí, ese día en que había emprendido el camino de la llamada época del aprendizaje; allí en donde los triunfos y fracasos se miden con la misma subjetividad con la que yo ahora evado una derrota, agarrándome sin miedo a tomar como tierra pisada, aquella que fue presentada tras cualquier nueva mañana de ojos curiosos.

Tal vez había tenido que ir creando pequeños peñones que yo mismo convertiría en islotes con nombres propios, para cada uno de aquellos pasos intermitentes en que el subconsciente necesitaba reposar buscando una nueva escucha de aliento familiar. Sí, esa necesidad de sentirme que quien me acompañaba en cada uno de esos nuevos días, tomaba la misma confianza que quien me aceptaba tras esos triunfos y fracasos ya lejanos.

Tal vez las nubes habían ido y venido durante todo este tiempo de la misma manera en que a día de hoy las mismas me escondían ese cráter del volcán Tungurahua. Pero está claro que el mismo como forma natural también utilizaba la contención por miedo a demostrarse frente al mundo; aunque un mes atrás hubiera tenido que quedarse desnudo a cielo despejado bajo una tormenta de rojo ardiente. Pues tal vez el confort para algunos puede venir representado por esos ojos curiosos que necesitan florecer tras una época de contención.

Tal vez a día de hoy también necesitaba cambiar de poza en poza en esas termas abiertas de Baños de Agua Santa, en busca de agua fría y caliente, para poder buscar ese confort necesario que te hace sentir neutro. Pues tal vez el confort para algunos puede venir representado por esos ojos curiosos que necesitan el cambio para sentirse vivos.

Ahora, en esa casa del árbol en donde el silencio sólo se vería roto por el voceo de ese mismo volcán que de nuevo utilizaba la contención como única referencia a su presencia, yo tomaba ese columpio de forma simbólica y me lanzaba de nuevo a la aventura de abrirme a lo que se me pudiera mostrar. Eso sí, con la necesidad de pensar que la historia continuaba, ya había aprendido que los islotes eran necesarios para no dar un paso en falso que te hiciera sentir perdido en un mundo desconocido por el subconsciente.

Desde ese columpio empezaba a pensar que tal vez ya podía ser un viajero; aquel que cuando llega a un lugar no sabe exactamente el día que partirá, pues no puede saber si se quedara allí el resto de su vida.


Pero también un nuevo islote creado años atrás y con nombre Barcelona se acercaba; está claro que allí podría fijar firmemente mis pies, pero la contención de esos ojos curiosos parecían tener ganas de conocer nuevas pozas y nubes blancas que escondieran bellas tierras y personas. Pues así como la luz es movimiento, poder descubrir una nueva imagen es una ilusión que me sigue corrompiendo.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Allí donde la realidad pinto a Monet

Compartí con ella cada una de las diferentes luces que marcaban el principio y el fin de cada una de sus historias diarias. Desde Playa Mansa a Playa Estación cuidaría cada uno de aquellos movimientos que serían congelados para siempre y viéndome frente a la imposibilidad de reproducirlos de forma exacta y realista se verían transmitidos a una sola impresión que tal vez se volvería subjetiva; pero al menos era la realidad que quería vivir en ese momento.

De nuevo con la necesidad de no buscar ningún tipo de connotaciones heroicas, históricas, mitológicas o religiosas, las formas desaparecían por completo bajo la imposibilidad de reproducir ningún motivo exacto, pero si a la vez con sentido; pues el paisaje no era otra cosa que una impresión, una impresión instantánea, la impresión que teníamos de ella.

Pues todo esto que hago no es un arte para vender productos. Ahora el arte no se nutre de la realidad para luego transformarla; pues ahora la realidad supera cualquier arte y este se transforma sin necesidad de artificio. Eso sí, una transformación que no logro descifrar.

Perdonad pero ahora veo silencio y pinto tablas de madera bajo manglares y flamencos rosados  que se alejan de esa arena que ahora vuelvo a ver que es blanca tras la luz que tal vez me invento. Eso sí, los árboles desplumados siguen mirándome tras esas mismas corrientes de aguas frías o calientes…me doy cuenta que de nuevo no cuento nada de lo que pasa…pues vuelvo a pensar que no hay palabras para definir lo que pasa.

Pues no queda otra que levantar la vista y ver que el barco pinta un sol naciente que tal vez decae tras la vista de luces que iluminan hacia arriba o bien decaen al fondo del mar; pues no se tal vez me lo invento. Mientras pienso en el sol naciente de Monet o tal vez pienso que se trata de una nueva puesta de sol…


Es verdad, según parece estaba en Galápagos y veo como los días se acaban, pero tal vez otro día volverán a empezar allí en donde el sol vuelva a salir para darme nuevas ideas que pintar historias compartidas. Pero si estas ideas no encuentran palabras, no seguiré contando incongruencias, sino que volveré a guardar egoístamente mis impresiones hasta que llegue el día en que encuentre palabras que lo definan. Mientras sólo me queda un “ndkvanflbnfldnbbinfaibnafnbn”; pues tal vez era eso lo que quería contar, o tal vez me lo invento…



martes, 19 de noviembre de 2013

Allí en donde las tortugas aprendieron a llorar con disimulo. Galápagos

Pues tal vez esos ojos humedecidos fueron mutilados de sentimiento por la necesidad humana de adaptarse a un mundo en donde las emociones parecían dar muestra de debilidad. Años atrás ya había adoptado ese caparazón como refugio de contención en donde se permitía desaparecer tras un nuevo suspiro de conformismo. Sí, ese suspiro que anunciaba un nuevo olvido de la cruel realidad de esos sentimientos adaptados a unos pensares de una multitud que tal vez no nos importaba; pero que contrariamente era necesaria para poder soñar aunque fuera por unos momentos que se podía sentir sin miedo a perder nada.

Ahora nosotros como parte de la naturaleza, luchábamos también para podernos adaptar a ese entorno y así poder burlar esa selección natural de la cual éramos partícipes a partir del momento en que éramos desprendidos de ese caparazón maternal. Ese caparazón natural que tal vez con caricia más alejada nos hacía hacer sentir más que nunca el amor como razón de ser y que a menudo tenía que ser olvidado con la misma rapidez con la que ese tero real ahora avanzaba sus cortas patas tras la escucha de palabras tal vez sin sentido.

Pues tal vez el problema eran las palabras, las cuáles nos habían limitado a vivir en un mundo en donde los sentimientos se obligaban a tomar sentido bajo la yuxtaposición de unas letras bajo índice de diccionario común.

Es por ello que yo ahora no me podía brindar la posibilidad de olvidarlas, aunque desde lo alto de ese mirador en donde los valientes lloraban y los débiles morían, es cierto que el silencio parecía la única manera de sentir que aún estaba vivo; pues el mismo sólo se veía interrumpido por esos pájaros que dejaron de hablar para poder seguir sintiendo y por algún que otro “bang” con el que compartir unas risas que seguirían haciendo efecto tras el paso de iguanas, osos marinos, corviches, inventados piqueros de patas azules y como no esas papas rellenas que esa mamita servía tras una colección de potes de cocina.

Así que seguiría hablando, pues tenía ganas de seguir conociendo a cada uno de aquellos a los cuales seguiría dando las gracias por dejar compartir su vida con palabras o no inventadas; pues como iba diciendo desde hace tiempo seguiría viajando por sentimientos y no por bloques tras un claudicado cartel de mármol.


Eso sí, si algún día todos nos quedáramos mudos por poder sentir sin palabra obligada, esperaba que Grifo no respondiera a Alicia que los humanos tan sólo lloramos cuando cortamos cebolla.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Intermedios; a la búsqueda de la naturaleza hecha realidad

Últimamente se me podía criticar por padecer una pérdida descriptiva de los lugares que iba visitando, pues cada vez era más consciente que todo lo natural era tomado como piedra principal de recuerdo; allí en donde se difuminaban las guías turísticas por tedio a recomponer historias pasadas.

Sí, supongo que todos formamos parte de una generación, una generación que mira con ojos incrédulos a aquellos que nos dictaminan sus conocimientos como arma de paso de la vida. Una generación que vamos creando bajo nuestras propias normas, las cuáles se asimilan a aquellas que fueron atacadas en rebeldía por la innata ignorancia de algún antepasado. Eso sí! estas actualmente, bajo la ignorancia por conocer la derrota, nos conducen a pensar que nuestra individualidad de pensamiento nos hace aumentar nuestra autoestima.

Una individualidad de pensamiento, que se encuentra totalmente falseada por el hecho de que esta forma parte de un todo, lo social, el cual esta creado por un conjunto de individuos que siguen sin rumbo, aquello que se les determina como personas.     
     
Vivimos en una sociedad, donde el miedo a expresar todo lo que sentimos nos ahoga en la ignorancia, la ignorancia de no conocer todo aquello que podemos llegar a sentir como seres humanos.

Con lo cual te preguntas -¿Qué coño estamos haciendo? Es necesario tachar de incoherencia tardía todo aquello que nos acompaña del pasado, es necesario pensar que estamos creando el correcto camino para creer que somos diferentes, que somos mejores, que mejor dicho “somos”.

Realmente se me viene encima el hecho de pensar que nos encontramos bajo una crisis de individualidad egoísta, producida por el hecho de querer sentir nuestra existencia, la cual nos está conduciendo a la ignorancia; una ignorancia que se convierte en el precio que pagamos por ser más que el algo que seguimos infravalorado, eso sí, bajo nuestro continuo ataque de egoísmo existencial.

Así que seguiré obviando en los próximos días todo aquello que parece tomar importancia como piedra sin respiro y dejando de lado esa playa de Canoa, me dirijo allí en donde los caparazones escritos parecen obviar el paso del tiempo. Con ellos seguiré aprendiendo de la palabra del ahora y del antes, sin tener que tener en cuenta la enclavación de un edifico, de una calle de una plaza como norma de conocimiento.

De nuevo me propongo a salir de aquí y escuchar y sentir todo aquello que me aporta aquel que con palabras o sin palabras vive.


Rumbo a las Galápagos…



lunes, 11 de noviembre de 2013

Fantasías o realidades en Canoa

Ella baja la cabeza tras una sonrisa comprometida,
abarca el mundo bajo la mirada de sus hijos.

Acorta sus pasos entre cemento y arena,
sólo corre la cadena para los que aún no crecieron.

Crea un mundo inventado tras una puerta de entrada,
no salió más allá que el exilio de un perro blanco

Ruge el mar evitando su llegada,
porque Heráclito sólo hablo de un rio.

Tapia sus oídos por palabras de terceros,
escucha el agua que allí detrás se limpia.

Late un corazón,
Ahora sonríe, mira, siente y anda por encima de todo aquello de lo que somos huérfanos.

Ignorancia compartida de los que nos guiamos,
por la materialidad de una escena inventada a nuestro antojo

Así que sigue viviendo de tus fantasías,
pues sólo el loco es el hombre verdaderamente libre.

El agua sigue fluyendo sin conocerse a sí misma,
tal vez la oigo, la siento y la huelo tras una nueva fantasía


jueves, 7 de noviembre de 2013

De vacaciones

Podría seguir describiendo cada uno de mis pasos durante estos últimos días, pero me di cuenta que tal vez durante todo este tiempo no había tenido tiempo ni para unas más que merecidas vacaciones de mí yo. Así que abandone esa ciudad que entre cuatro ríos repartía adoquines por tierra tomada de edificaciones republicanas y me fui a la búsqueda de la soledad allí en donde el mar sólo tomara la luna y el sol por compañía; pues yo sin el mar no camino..pues la soledad es nuestro estado natural tras el abandono de la gestación…

Es cierto que dolía dejar buenos amigos allí en Cuenca con quienes compartí algo más que empanadas de “posho”, mis primeros puntos de macramé y esos primeros malabares con torpes pelotas; pero sentía que la cuenta atrás se venía encima y era momento de empezar a pensar si los billetes de ida o de vuelta empezaban a perder el sentido a partir del momento que sin querer perder mis orígenes, lo único que tenía sentido era la palabra “ir”, eso sí, sin un origen y destino con el que partir. Esa era la opción de seguir siendo feliz; sin pensar, olvidándolo todo, viviendo la vida.

Así que mientras tomaba luz mi ida a Costa Rica para principios del año que viene, dejaba que esta canción de Pau Vallvé sonara; con el intento de su traducción al español a continuación…

De vez en cuando
cuando estoy solo
hago como un clic
y todo es nuevo.
Entonces es cuando
todo parece claro.
Cuando todo esto
nunca no ha pasado.

I puedo escoger
lo que quiero hacer.
Y puedo irme
y no volver mas.

Todos estos años,
todos los amigos,
todas las ataduras,
todos los vinilos
no han tenido lugar
y yo no soy yo,
está todo por hacer
y puedo ser valiente.

Y puedo escoger
lo que quiero hacer.
y puedo irme
y no volver mas.
 Adiós, adiós


Levanto la cabeza y al ver ese mar que nunca está sólo, pienso que a partir de ahora ya no existe un “adiós” y un “hola” para nada, sino para todo..”Hola y adiós, playa de Canoa…hola y adiós a todos”. La ventana inventada del apego y el desapego se difuminan sin dejar de querer más que nunca a todo a quien me tropiece. La ventana inventada del apego y el desapego se difuminan del que no quiere sufrir sin dejar de sentir, pues yo sin el mar no camino…




sábado, 2 de noviembre de 2013

Salgo de la habitación en Vilcabamba

Salgo de la habitación cautivado por el olor de ese trigo bañado en agua que se hornea entre cúpulas de barro; unas cúpulas de barro fijadas por esas pequeñas piedras que partieron hace tiempo de los cerros que a día de hoy me acompañan, en ese reencuentro con vírgenes árboles desatados de la estampa humana de un jardín inventado de ciudad.

Salgo de la habitación y veo bandejas de guaguas de pan que representan el mundo de los vivos; un mundo de los vivos que se respira en cada una de las esquinas de ese pequeño pueblo, en donde uno puede afirmar que el único drama de la vejez consiste en recordar que un día fue joven.

Salgo de la habitación y veo un conjunto de habitantes foráneos que intentan nublar sus recuerdos de juventud entre aguas medicinales que emergen de la llamada fuente del hierro y cervezas por compañía; unas cervezas que sirven para compartir el recuerdo bajo mesas redondas, unas cervezas que sirven para olvidar el pasado.

Salgo de la habitación y veo que tal vez me he hecho mayor, si lo recuerdo; un recuerdo que también intentaré nublar mojando mi cuerpo en esa gruta en donde emerge esa agua milagrosa que cargada de minerales contribuye a contrarrestar la enfermedad pero no el olvido..

Salgo de la habitación y veo vasos compartidos de colada morada que representan el mundo de los muertos; un mundo de los muertos que se recuerda hoy día 2 de noviembre, pues a pesar de todo uno sigue recordando que no hay vida sin muerte.

Salgo de la habitación y subo al cerro Mandango para encontrar más piedras que fijen hornos de barro; unos hornos de barro que hornearan nuevas guaguas de pan que seguirán representando el mundo de los vivos… y mientras curiosamente descubro a Deepak Chopra, haciéndome pensar que una mente sin tiempo puede llegar a un cuerpo sin edad.


Estoy en el cerro Mandango o dios acostado; no sé si está muerto o descansa sin pensar en el tiempo; yo sigo observando el valle intentando no pensar en si es hora de comer, dormir u olvidar, pero tarde o temprano sé que bajaré para poder volver a salir de la habitación.



martes, 29 de octubre de 2013

A nuevos sitios, nuevas culturas

Cerré los ojos a lo largo de esa Avenida Javier Prado de Lima; según parece tenía un largo viaje por delante en el que la compañía se transformaría en imágenes ajenas tras una fría pantalla e imágenes descongeladas tras un cristal ausente de aliento.

Tras ese vuelco a la imaginación, con el fin de despistar las horas malgastadas con el único triunfo de cambio de bandera, me vi paseando por un nuevo Malecón en donde el gris del cielo parecía resistirse a cambiar el color de mi piel.

Un Malecón que seguía arrastrando el smog de una ciudad en donde la humedad hacía gotear cada una de aquellos vírgenes árboles de enfrente que pretendían extender sus ramas al disimulo de los que me acompañaban a día de hoy; los cuales fueron podados y mutilados en forma de quitasol para dar adorno a aburridos jardines de adorno, por donde el ser humano parecía discurrir entre la realidad y el sueño de desaparecer por unos minutos.

Yo tal vez aun un poco aturdido y desubicado no sabía en qué parte me encontraba. Pues tal vez se trataba de una nueva Lima…pero por el contrario al mirar allí arriba también parecía divisarse una propia estampa de Valparaíso; un nuevo cerro de casas de colores parecía no obviar un deja vu de viejos tal vez recuerdos. Es más si miraba de frente parecían verse camisetas amarillas con un escudo claramente familiar que recordaba mis orígenes. Era como si el pasado el presente y futuro tuvieran cabida en ese lugar desconocido.

Finalmente tras una compra con dólar encrucijado con el acompañamiento de nuevos ritmos latinos, me di cuenta que allí enfrente tenía una libertad llamada Duran que daba un guiño a la vida a una ciudad diferente en donde ese cerro de las peñas daba un toque interesante a más de una canción que acabaría sonando bajo escaleras de encuentro.


Guayaquil me daba la bienvenida a una nueva cultura por descubrir; mientras iba escribiendo estas palabras entre iguanas que avecinaban mi nuevo reto para los próximos días, llegar a las Galápagos.


martes, 22 de octubre de 2013

Tres libretas, una camino a Lima

…y porque un adiós no significa que dejemos de compartir las cosas…eran las primera palabras que se podían leer en aquella libreta de telas azules que había aparecido tras cuarenta soplos de deseos. Ahora treinta horas más tarde la abría en esa playa que de nuevo visitaban mis ojos, en un lucho llamado Arica; allí en donde mis tobillos de elefante buscaban su estado normal con el impacto de esas tenues olas de sal cicatrizante.

La verdad era complicado decir adiós y más un día como hoy; pues veía que acababa de cumplir mis cuarenta años lejos de la gente que quería…eran las primeras palabras que se podían leer en aquella libreta que estaba dispuesta a hacer volar su cierre de hierro sin miedo a decir que lo importante para ella era pensar que viviría permitiéndose sentirse autorealizada gracias a la sonrisa de caras ajenas, gracias a la ayuda a los demás.

Son aquellos momentos como el de ahora en los que aprovecho para decir lo que pienso cuando no os tengo en frente…eran las primeras palabras que se podían leer en aquella libreta en donde la naturalidad de sus hojas y la sencillez como carta de presentación era aprovechada por escritores, dibujantes,.. en fin, para cada uno de todos aquellos que estuvieran dispuestos a mostrar sus sanas inquietudes de forma desinteresada frente al mundo; pues ella siempre estaría allí con las cuartillas abiertas con ganas de aprender.

Y porque un adiós no significa que no nos volvamos a ver de frente durante cuarenta años más... Sí que es verdad que cada una de aquellas libretas se volverán viejas e irán desapareciendo por el camino ya que las mismas sólo se permiten existir por las inquietudes de cada momento. Sí que es verdad, que nosotros sin desaparecer tal vez estaremos tiempo sin vernos; pero si pasa, siempre nos quedará el recuerdo viejo o no, pero escrito, que nos permitimos compartir unas hojas de nuestras inquietudes sin miedo a aprender cosas nuevas.


Ahora agarro mí nueva libreta de telas azules sin dejar de observar los recuerdos de la libreta “roja”, tal vez aún faltan más impactos de olas tenues; mientras no nos queda otra que cambiar la Campiña por la Inca Kola, las Toddy por el Sublime, la palta por el choclo con queso,… mientras camino hacia la gris Lima.


jueves, 17 de octubre de 2013

Rojas

I tal vez me comporté como un cobarde al separarme silenciosamente de la persona más especial que había conocido durante estos más de diez meses de viaje.
No me quedaba otra que la de resignarme a seguir buscando palabras que me ayudaran a llenar el vacío de esas hojas marchitadas, del apego que maltrataba de nuevo a quien seguía buscando su aventura personal.
Esa aventura personal que parecía no entender de fines ni objetivos y que seguía desdibujando la posible cotidianidad para poder sentirse más libre.
Sí, esa libertad que de vez en cuando quedaba marchitada por la oscuridad de mi propia sombra, la cual parecía obviar esas huellas que se iban quedando marcadas en mi a veces frágil cuerpo.

I tal vez mañana, cuando me largara de este país, ese cuerpo cicatrizaría mis propias auto heridas; pero con ello no me permitía  que las mismas se perdieran en el olvido.
No me quedaba otra que la de resignarme a mirarlas para buscar el recuerdo de esos cortos momentos, que sin explicación alguna llegaron para ahondar en donde no existían sombras, pues las mismas no se permitían aparecer en la absoluta obscuridad.
Esa aventura que nunca acabaría, pues nunca llegó a empezar; pues sólo empezó de forma escrita hace más de medio año, cuando esta misma libreta abría sus ojos con un “Hasta Pronto Valparaíso”
Sí, yo ahora miraba atrás para seguir idealizando a quien me había hecho soñar y miraría feliz hacia adelante, pues aún me quedaban hojas que pensaba que algún día podríamos escribir juntos.

I tal vez mientras recordaría más que su sonrisa y..
No pensaría en la resignación por el distanciamiento corporal
Esa aventura se convertiría en más que una postal escrita
Sí, cada una de aquellas nuevas y viejas postales escritas, tendrían tu imagen como emoción, pues tú me las despertastes todas.



Dos personas se miran…



domingo, 13 de octubre de 2013

Uno corto para descansar…

Pues llega el día en que la madera es madera, el cristal es cristal, el hierro es hierro y la arena parece tan difícil de modelar que ni la propia locura inventada te permite pensar con todo lo que acontece a tu lado.

Así que me brindé una semana de vacaciones en donde sólo me permití respirar y mover mis extremidades al son de las necesidades básicas; con lo que la posibilidad de escribir quedo relegada a la de vivir; pensando en que no era necesario seguir escribiendo para buscar mi aceptación social, sino que podía hablar para que la gente me entendiera.

No es que cuando escribiera no viviera, pero tal vez no es necesario cuestionarse todas las frases que parecen ciertas para buscar más alicientes a lo que la vida propia te ofrece; así que salgo por unos días del caparazón kafkiano, esperando que todo fluya sin esperar nada. Un nada inexistente, por el mero hecho que la propia lluvia aparece por forma natural.

“Hola, buenos días…esta semana no acepto la vida como un desafío creativo y no pienso invertir mucho tiempo en la descripción y el análisis subjetivo de mí mismo; así que dejo mi cabecita plana para que la misma no pueda cambiar de pensamiento.”

Y como no estoy aquí para inventarme sentimientos, sino para decir lo que pienso, dudo del hecho de que la felicidad te haga un ser perezoso, sino que como mucho te hace discurrir menos y ello no implica, repito…que cuando escribiera no fuese feliz; pues la propia felicidad no tiene capacidad comparativa a partir del momento de que sólo los seres se sienten a sí mismos, pues lo que creemos que sienten los demás a partir de nosotros mismos, es tan sólo una invención de lo que te permitas estar pensando de ti mismo

“ Hola buenos días..estoy aún estoy Valparaíso y sigo feliz, al igual que ayer….pero con menos palabras escritas…”, el escarabajo quedo relegado tras nuevos episodios con que pensar; pues tal vez sólo cuando nos permitimos ser escarabajos, podemos decir lo que pensamos…pero bueno hoy dijo la verdad sin caparazón, sino siempre Samsa podrá aparecer por mí dentro de unos días.


“Hola buenos días…”


domingo, 6 de octubre de 2013

Cortas palabras

Recordad que el sol y la luna salieron durante todos estos años para cada uno de nosotros.

Recordad que nos disteis los buenos días y las buenas noches durante todos estos años a cada uno de nosotros.

Recordad que supe quién era mi padre y mi madre durante cada uno de estos años, sin tener que preguntarlo a cada uno de vosotros.

Recordad que yo no estaría ni aquí ni allí sino fuera por cada uno de vosotros.

Con lo que dejar de mortificaros pensando que a partir de cierto día nos quedamos huérfanos de apoyo, cariño, etc..pués conocí el significado de cada una de estas palabras antes de salir de las cuatro paredes que nos unió a los cinco.

Ahora desde el Puerto de Valparaíso tal vez el sol sale más tarde para mí, pero sigue siendo el mismo para cada uno de nosotros.

Cortas y sencillas palabras que me vienen a la cabeza después de escuchar el mensaje de una madre que se siente mal por pensar que no ha ofrecido el mismo tipo de atención para cada uno de sus hijos.


No hace falta decir nada mas…sigo escribiendo para proteger mis recuerdos


miércoles, 2 de octubre de 2013

En la B de Valparaíso también se aprenden cosas

Como cualquier lunes, cada uno de ellos se ponía al día de las caras visitadas durante ese fin de semana. Su libertad por moverse les permitía conocer más que nadie las intimidades de aquellos que los aguardaban suavemente entre sus manos; con lo cual ahora era momento de desahogarse y sacar toda la contención acumulada con aquellos que al igual que ellos vivían en la misma situación.

Durante esos días habían sido fieles a su razón de ser y habían aguantado con disimulo los diferentes cambios anímicos de aquellos que los utilizaban como evasión del mundo real; así que lo único que podían hacer era dejar su vista perdida al viejo horizonte, permitiéndose un único parpadeo obligado tras el contacto de aquellos dedos que les daban un suspiro de aire fresco.

Unos mismos dedos, que más de una vez habían dejado caer su ira rompiendo esas frases que acabarían huérfanas de esas palabras que desde buen principio les habían acompañado. Pero está claro que a veces es el precio que hay que pagar cuando uno busca aventuras, pues así es la vida misma, pues así somos nosotros mismos, pues así es como nosotros a veces nos quedamos huérfanos también de quien nos acompañó de buen principio, por la búsqueda de la burla a la cotidianidad.

Incluso es más, más de uno pagaría por perder alguna de sus historias con el fin de poder salir de esas paredes de madera que acababan aprisionando unas palabras que mezclaban historias del antes y del después, perdiéndose así cualquier sentido por ser leídas en un presente. Si, se trataban de aquellas pieles secas en donde su amarillento color los catapultaba como opción de segunda, tercera o tal vez de cuarta opción, pieles que acabarían perdiendo la percepción del tiempo por un futuro que les torturaba y un pasado que les encadenaba.

Yo ahora me llevaba una nueva historia tras ese intercambio de libros, al momento que miraba aquel conjunto de cuartillas de libros de colores que se mantenía expectante a mi elección; seguiría pasando el tiempo y mientras algunos seguirían buscando nuevas aventuras lejos de allí, otros se resistirían a salir por falta de confianza en sí mismos, otros seguirían confiando más en su propia historia que en la que les contaran los demás,…y como no en los primeros estantes siempre habrían los clásicos, aquellos que todo el mundo quisiera haber leído y que nadie quería leer…

Y como no, siempre hay los clásicos que siempre pensaron en buscar nuevas aventuras, pero que nadie les dio el empujón para hacerlo…


En la Biblioteca de Valparaíso también se aprenden cosas… como un libro a la vida, como la vida a un libro; o es el libro de nuestra vida; no sé si soy amarillo, clásico, aventurero…, pero seguiré transitando entre vidas o cuartillas dando humildemente empujones.


domingo, 29 de septiembre de 2013

Una tarde o noche en Valparaíso

Yo permanecía allí sentado con silencio; mis rodillas entrecruzadas advertían sobre mi falta de seguridad, pero sin desgastar ni una gota de sudor frío permanecía impasible de cara, como si nada me importará. Ese ajuste incomodo de la entrepierna tal vez me delataba, pero yo miraba a lado y lado de aquel espacio que se me había asignado como si de un “otro” día se tratara.

Tras unos minutos sus blancas y negras figuras se iluminaron y mi primer suspiro se dejó ahogar por la vergüenza de delatarme como un principiante en aquellas situaciones; pues no siempre la edad es símbolo de experiencia o bien es que a veces parece que necesitamos volver a nacer para poder volver a sentir las cosas.

Yo de repente sentí deslizando mis manos sobre esa fina superficie y en cada una de sus partes podía imaginarme nuevas historias que contar; cada uno aquellos espacios tenían una vida que tal vez en otras manos había estado menospreciada, pero yo sentía la necesidad de poder entender y delatar el sentido de cada una de ellas.

Hubo momentos en que mis manos sentían la necesidad de adentrarse en ese mundo idealizado, pero las mismas se acabaron apartando, pues la proximidad de sentimiento no siempre es la misma entre dos mentes que buscan placer al mismo momento.

Tal vez sus sentimientos no eran los mismos que los míos, tal vez sus manos se resistían a llegar allí donde yo quería; pero yo seguiría pensando que tal vez un día todo aquello que yo buscaba por sentir llegaría a mis oídos. Si, ese día me encontraría totalmente satisfecho y de nuevo abriría mis piernas sin miedo a nada;  sin miedo a sentir,  sin miedo a moverme, sin miedo a gritar, sin necesidad de existir una negación a ese sentimiento querido.


De nuevo se abrían las luces y me levantaba de esa butaca numerada, el concierto había finalizado, esa música me despertó los sentimientos, pero los mismos se tuvieron que acostar entre sábanas blancas en donde lo negro no permitía aumentar ni disminuir la intensidad de aquellos sentimientos; ambos nos habíamos escondido tras esa tapa de madera que habíamos creado por miedo a sufrir aventuras en donde algunos siguen pensando que hay ganadores y perdedores…pero por suerte siempre nos quedará la música para seguir sintiendo lo cerca que podemos llegar a estar, si nosotros queremos.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Portales. Nueva luz para crear

Esas arenas agujereadas por aquel que gozaba de libertad hacían tambalear cada uno de nuestros cuerpos y como si de sobresaltos se trataran aparecían intermitentes ideas con las que crear algo con fundamento con aquellos textos que me habían acompañado durante los últimos meses.

La idea era conseguir que esos textos fueran entendibles desde cada una de las capacidades sensitivas que tenemos al alcance y con ello evitar la nube del elitismo intelectual que a mi forma de ver sólo servía para anular la posibilidad de compartir no conocimiento sino vida.

Pues estaba harto que la gente midiera el conocimiento como capacidad de intelecto, como capacidad de adquirir y almacenar nombres, conceptos o palabras propias. - ¿y donde quedaba el espacio para la capacidad de sentir?- pues tal vez nos teníamos que empezar a acostumbrar a saber sacar todo lo que llevamos dentro, lo cual no partía del intelecto, sino de dejar fluir todo aquello que urgía por emerger; aquello no era una capacidad, sino una necesidad y en el caso que existiera una medición, pues tal vez había estado creada estúpidamente por cada uno de nosotros mismos.

Así que tras abandonar esa playa de los Portales llena de luz, legué a casa intentando traducir todas aquellas informaciones en un formato que me ayudara a crear una nueva guía de trabajo; fue una noche complicada, pues alguien había abierto una puerta a una ilusión que llevaba meses buscando y ahora me sentía desbordado con aquel conjunto de bocadillos emergentes que saturaban mi pensamiento.

Incluso mis sonrisas de satisfacción al día siguiente alertaban el aviso de los que convivían conmigo; como una euforia se apoderaba de mí, pues el hecho de haber compartido unas palabras con gente que sentía las cosas, me habían ayudado a derribar un nuevo muro.

Tal vez se venía mucho trabajo encima y con el miedo de que algunas ideas se volvieran utópicas por el deber malgastado de la razón, me ponía manos a la obra con la misma energía que tal vez había pasado al olvido en los últimos meses.

Es como si por primera vez viera un resultado final, era como si por primera vez viera un objetivo claro que alcanzar y ello me ayudaba a respirar sin tambalearme.

Ahora soñaba con dejar ideas a través de la escritura, la imagen y tal vez más tarde con el sonido y tal vez poco humildemente empezaba a pensar que aquello tomaba una nueva vida; pues ese nuevo concepto digámosle artístico por el hecho de combinar diferentes artes, alejadas o no de la belleza, podría evolucionar a que los mensajes, los pensamientos, los…evolucionaran con el libre albedrío de cada uno de aquellos que los quisieran adoptar como suyos.

Sé que por primera vez, podía empezar a soñar con retomar esos textos y reinterpretarlos años más tarde; pues tal vez en ese momento ya no serían mis textos, ya que los mismos habrían tomado una nueva vida después de que cada uno de los tambaleantes se los hiciera suyos.


Sólo podía decir “gracias” y es que a menudo en el momento menos pensado aparece quien encuentra las palabras que se quedaron escondidas…suerte que aquellos que andan con libertad siguen haciendo agujeros en su búsqueda…


domingo, 22 de septiembre de 2013

22 de Setiembre. MI HERMANO

Pues es difícil que decir a día 22 de Setiembre, espero que te lo haya dicho todo durante este tiempo; espero que cualquiera de la cosas que pudieran salir de mi boca no te resultara extraña, pues eso significaría que no conozco las palabras para expresar lo que pienso, lo que me convertiría en un analfabeto de los sentimientos. Pues sólo me queda la escritura como única vía de expresión intrapersonal, pues la música y las imágenes aún me quedan lejos como para poderlas orientar a un mismo mensaje; y mientras sigo luchando por ello, antes de que me vuelva un analfabeto del futuro, llego y vacío con tinta mis entrañas.

Tú te quedaste allí y tal vez fuiste más valiente que yo, pues es más fácil deambular por el mundo que enfrentarse a mantener el equilibrio frente a una misma escena que sólo entiende de minutos y en donde los sentimientos no tienen evasión física en donde quedarse arrojados. Yo en cambio me muevo con la libertad de vivir donde me encuentro, de vivir allí en donde siento y sin prejuicios me permito salir corriendo cuando el miedo o la estupidez me obligan a pensar demasiado en una situación. Sí, tal vez me escapo de la complejidad con la que ese “alguien” llamado Dios insiste en probar nuestra capacidad de ensueño; una complejidad tal vez creada por mismo, pues tal vez a veces me siento aburrido de una rutina que no me joda.

Con lo que después de casi cuarenta años que te conozco te sigo admirando como persona y seguiré escuchando aunque sea con disimulo cada una de tus palabras. No te creas que si el disimilo existe es por falta de confianza, sino que posiblemente absurdamente o no estaré pensando que así estoy creciendo como ser individual y es más; creo que tengo que dar paso a quienes te acompañan bajo ese árbol de la vida que con empeño una vez más te aventuras a dar la posibilidad de dar vida y con la que yo siempre egoístamente me he anulado por miedo a tener que decidir.

Sí, a día de hoy miro y me enorgullezco de conocer más que los nombres de tus hijos, me sigues demostrando de lo que eres capaz de crear, así que espero que sigas construyendo buena gente con la que conversar humildemente, bajo la libertad de que conozcan que tienen un nombre propio.

Así que aunque digan que los hermanos nos tocan y no los escogemos, sé que algún día me hubieras dado la posibilidad de ser tu amigo. Así que sigue ofreciendo manos a quien levante un grito de auxilio porque más de una nueva vida salvaras; aunque sé que dejaras un aliento de esperanza para los que no te conozcan, pues dos nuevas vidas te están siguiendo…

Y si algún día estas jodido te digo humildemente que no disimules como hemos aprendido a hacerlo durante muchos años, llora y levanta de nuevo la cabeza, que seguro que un nuevo espejo te dará los buenos días y el mismo reflejará todo lo que llevas detrás; así pues lo que llevas dentro nosotros ya lo sentimos…

O ahora te toca subir el volumen de la canción como tantas veces hemos hecho…piensa que yo seguiré buscando y espero que cuando encuentre el sitio vengas conmigo, es todo lo que puedo hacer…


Moltes felicitats germà!!


viernes, 20 de septiembre de 2013

Viejos versos. Más dedicaciones

Aquí vuelven dedicaciones para aquellos que se sientan identificados, lo siento pero las palabras las creasteis vosotros mismos…

No intentes convertir a los demás,
en aquellas personas que un día olvidaste.
No busques palabras ajenas con las que disculparte,
para poder sentir que aún están cerca de ti.

Todo el mundo pasa,
todo el mundo vive,
y cada uno de ellos tiene un nombre que los define.

Tú nombre no cambiaste por falta de humildad,
su nombre rechazaste a pesar de su sinceridad.
No pretendas que ellos hagan por ti,
lo que tú un día olvidaste para ellos.

No pretendas cubrir tus pecados,
con respuestas creadas bajo singular antojo.

Vive hoy sin olvidar, para no rectificar mañana.


domingo, 15 de septiembre de 2013

Valparaíso sigue conmigo

Después de mucho tiempo sentía que finalmente estaba viviendo en una burbuja tal vez creada por mí mismo; una burbuja sin fines preestablecidos. En ningún momento me sentía enfrentado a la trabajosa y permanente necesidad a la cual había estado evocado durante mucho tiempo de inventarme un sentido por el cual pensar que era “algo”.

Tal vez mi día a día no era muy especial para la mayoría de vivientes; el mismo transitaba entre horas de lectura, deporte, escritura, paseos, propuestas de cultura gratuita y como no ese reconfortante paseo al puerto de Valparaíso en donde me rodeaba de perros hambrientos y palomas iluminadas al son de los últimos flashes que nos visitaban…Repeat..y como no esas idas y venidas a casa en donde tras la sombra de “la plage” aparecían genuinas sonrisas tras la  naturalidad de buena gente con la que compartir la vida.

Con ello empezaba a dudar de la necesidad de eso que llaman “autorealización” para sentirse ser ese “algo” del que hablaba anteriormente. Pues sin unidad alguna con la que medir las sensaciones; egocéntricamente podía decir que las mismas estaban acompañándome.

Ahora mismo recordaba las palabras de ese buen lutier que días atrás me había abierto las puertas de su casa; él me decía que hiciera lo que quisiera en esta vida, pero lo que hiciera lo hiciera bien; pues tal vez lo único que me tenía que proponer era vivir…así que tenía que intentarlo hacer lo mejor posible.

Supongo que muchos de vosotros pensareis que bien hay que trabajar y con ello nos poníamos en los próximos días; gracias a un buen amigo que me daba la oportunidad de empezar a dar una mano en un negocio.

A partir de los próximos días empezaría a vender paltas, lechugas, manzanas, jamonadas, aceitunas,…tras ese pequeño mostrador del cerro….

Pues que se podía pedir más; imposibilitado de ejercer como psicólogo como oportunidad de ayudar a la gente, ahora ayudaba a dar caprichos gastronómicos frente a rostros esperanzados de evadirse del día a día. Pues de esta manera podría pensar que no vivía para mí mismo sino por la felicidad de más gente, de manera que viviría eternamente… pues alguien siempre me recordaría tras cualquier bolsa de manjar…

Pues tal vez si así lo pienso, estaba buscando un sentido de autorealización al trabajo con lo que me estaba contradiciendo con lo dicho anteriormente; pero bueno supongo que para poder seguir pensado en algo es inevitable contradecirse.


¿O es que tal vez quien se contenta con nada lo posee todo?¿ahora lo tengo todo o no tengo nada? ¿Qué es todo y que es nada…según quién?¿según uno mismo o según lo que piensan los que nos rodean?... ¿?¿ no nos queda otra que seguir pensando….




jueves, 12 de septiembre de 2013

Formas oníricas que llegan a la felicidad

A día de hoy tomo mi bloc de notas como mecanismo de habla por falta de expresión oral, intentando conseguir mi libertad mental  mientras  escribo imágenes que no me conviertan en un analfabeto del mis deseos.

Así pues intento tomar mis formas oníricas con el mismo intelecto con el cual me obligan a tomarme la vida de forma consciente; pues tal vez esta es la única manera de que las palabras no ahoguen mi posible creatividad o al menos pueda pensar que algo de ella aún puede estar presente. Pues tal vez somos más lo que soñamos que lo que creemos ser o de lo que nos hacen creer que somos; pues en lo que parecemos ser, todos tenemos un juez y en lo que realmente somos, nadie nos juzga.

Vivimos en una sociedad, donde el miedo a expresar todo lo que sentimos nos ahoga en la ignorancia, la ignorancia de no conocer todo aquello que podemos llegar a sentir como seres humanos y tal vez sólo las formas oníricas nos libran de ello. Pues es allí donde todo aquello que no es lógico, nos vale.

Sí, esas formas oníricas que barren esas cárceles del intelecto y que nos ayudan a crear el caos emocional. Pues tal vez si viviéramos dormidos durante un tiempo podríamos llegar a perder la conexión material con la felicidad y conocer su sensación real; de la misma manera que como diría Aristóteles, el invidente es el único que puede hablar de la belleza en su estado puro.

Pero tampoco creáis que mis ganas de escribir sobre el onirismo me hagan olvidar lo que realmente es importante para mí; vivir. Pues sigo pensando que cada día al despertar aparece una nueva vida con la que enamorarse, aunque ello me lleve al dualismo no puro de la sensación de felicidad o tristeza a partir de la intoxicación de la ganancia o la perdida como única forma de valoración.

Así que teniendo en cuenta como dicen algunos; que la manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella, seguiré sufriendo por mis sueños y buscare mi lapicero cada mañana para aliviarme de los mismos; esperando el día que pueda dormir despierto.


Allí encontraré aquellos impulsos profundos que me ayuden a encontrar un pensamiento ausente de todo control ejercido por la razón y fuera de todas las preocupaciones estéticas o morales que nos acechan día a día.


lunes, 9 de septiembre de 2013

Viejos versos. Dedicaciones

Sentado en esa fría sala de la Biblioteca Municipal de Valparaíso me decidía a rescatar viejos versos que había escrito meses atrás. Me di cuenta que muchos de ellos eran autocríticos con mi propia conducta y tal vez era por ello que ahora los lanzaba al aire. Mi intención no era la búsqueda de consejos lapidarios, sino que tan solo se trataba de un ejercicio de despojo personal de aquel pensamiento que tal vez se había quedado huérfano de acción. Aunque tal vez al final de la lectura me acabaría preguntando si hoy sería siempre hoy.

Para los que quieren amar siempre mañana

El tiempo va pasando mientras te refugias en el pasado,
el tiempo va pasando mientras te imaginas un futuro.
¿Pero es que ahora piensas lo que haces,
para poderte dar derecho a recordarlo?

Sí, ahora tus ojos abiertos miran de frente,
sí, ahora tus ojos abiertos no miran a nadie.
Son ojos cerrados al presente,
son ojos que buscan preguntas.

Preguntas sin sentido, aparecen sin ser vistas.
Preguntas sin sentido, ayudan a que no nos confundamos.
Pero tranquila, el sentimiento no se pregunta.
Pero tranquila, el sentimiento existe.

No me preguntes, para que sepa que existes.
No me preguntes, para escuchar mi voz.
Porque tú existencia es mi sentimiento.

Porque mi voz no tiene sentido sin tú presente.


viernes, 6 de septiembre de 2013

No pienses, los medios ya piensan por ti..

Una vez más me veo en Chile, uno más de esos lugares en donde según parece los medios piensan por ti, tranquilos yo al igual que todos sigo con la ignorancia de pensar en estar creando un discurso nuevo.

Sí, una vez más nos vemos relegados a la posibilidad de pensamiento que nos dicta la Agenda-setting ejecutada sin “daño” alguno por todos aquellos sistemas informativos o informadores del sistema, que se hacen llamar medios de comunicación, la función de los cuáles es dar a incidir sobre las opiniones y temas que configuran el espacio público.

Sí, hablo de los llamados medios de comunicación, aquellos “entes” a los cuáles hay que dar las gracias por su capacidad de congeniar relaciones interpersonales; ya que bajo un prisma o mejor dicho bajo un filtro creado por ellos mismos, tienen la capacidad de crear “productos culturales” afines a ser juzgados por un “don nadie”, llamado ser humano.

Sí, señores!, porque una vez más, después de seguir durante unos días las informaciones que nos muestran los medios de comunicación, te das cuenta que sin cerebro alguno sólo se te da la posibilidad de “pensar” en todo aquello que según parece es lo que toca, y pongo entre paréntesis el hecho de la posibilidad de “pensar”, ya que la existencia de un libre albedrío del mismo, el pensamiento, es imposible de conocer, al menos por lo que a mí me acarrea.

Día a día, cada uno de los medios de comunicación, ya sea mediante la prensa escrita, la televisión, la radio, etc…, se encarga de dar un toque de heterogenización a cada uno de aquellos símbolos creados por la sociedad que sirven de insignia de entendimiento entre cada uno de nosotros.

Una heterogenización, que es necesaria para poder hacer llegar la información a cada una de aquellas cabezas vacías de pensamiento y llenas de ansias de sensación de grupo de las cuáles formamos parte.

De allí de la existencia de los diferentes enfoques que vamos encontrando en cada una de las explicaciones que se van dando entorno a los acontecimientos que se van sucediendo a nuestro alrededor, los cuáles van apareciendo bajo un mismo formato, al mismo momento que cambian su título de presentación. Está claro que una misma noticia será presentada en relación a quien la firme.

Sí, porque esa existencia inverosímil de cualquier connotación homogénea social se convierte en heterogénea, con el fin de poder hacer llegar cualquier información a cualquier cabeza no-pensante; al fin y al cabo nos encontramos en una sociedad capitalista, en la que todo el mundo tiene el derecho a ver “creada” su cultura, de verla caracterizada, eso sí, bajo un precio, el precio del medio de comunicación; el único con capacidad tanto de creación de cualquier simbología cultural, como de hacer creer que la misma aparece a partir de cualquier pensamiento existente.

Una vez más, la deshumanizad de lo llamado “ambiguamente” lo social, se mueve por la ley de la oferta y la demanda, con lo cual quien aporte más, siempre tendrá la posibilidad de sentirse más respaldado; ya que esa máquina de creación de “simbologías culturales”, conocida también como medio de comunicación, tendrá más razones “económicas” para crear.

Eso sí, crear bajo la insignia capitalista, y no por ello evolucionista, ya que sin querer entrar en debate de la posible intoxicación estatal comunicativa a la que se ve o ha visto aquejada cualquier estado, su evolución más que la cohesión de pensamiento, busca la cohesión de enriquecimiento social, la cual a partir del momento que se percibe como digna de seguimiento, es utilizada como evidente emblema de estabilidad de pensamiento.

Sin tener la intención de seguir lanzando piedras entorno al capitalismo y poder acabar así con dicha “crítica”, acabaré diciendo que creo que uno de los principales problemas es que debido a la profunda evolución de las tecnologías de la información, al profundo avance de las mismas, hace imposible la existencia de cualquier pensamiento socio-político-cultural…., que se pueda alejar del capitalismo.

Dicho en otras palabras, el capitalismo nació al mismo tiempo que nacieron los medios de comunicación o posiblemente unos llevaron a otros, en el fondo fue el “descubrimiento” o no de una gran capacidad de negocio y la retroalimentación producida por ambos hace inútil la existencia de uno sin el otro.

Por mucho que pensemos, que nuevas tecnologías tales como Internet, pueden dar pié a una más alta heterogenización de pensamiento, debido a que el mismo supone una ventana abierta a cualquier tipo de pensamiento, la posibilidad de “sobrevivir” del mismo pasa por la incapacidad de respaldarlo; con lo cual lo único a lo que podemos llegar, lo único que podemos vislumbrar, son aquellas pequeñas diferenciaciones que evidencian que la comunicación es preformativa, ya que genera inevitablemente procesos de diferenciación y cambio en la misma relación comunicativa. Con ello nos aparece aquella débil sensación, en el fondo inexistente de que los medios de comunicación, pueden convertirse en agentes de cambio social.

Sí, hablo de aquella débil sensación de libertad necesaria que tenemos los humanos de poder pensar que pensamos, que podemos cambiar algo; no obstante y sin intención de mostrar un carácter pesimista, la posibilidad de cambio pasa por la creación de aquello existente; así pues cualquier capacidad de nuevo pensamiento es de evidente inexistencia a partir del momento que lo evidenciamos.

Con ello quiero decir, a pesar de que pueda pensarse que la valoración es más a título “personal” (hecho imposible, ya que evidentemente estará suscitada por un alguien), que se me suscita la duda de la posibilidad de que exista una capacidad de creación, transformación e uso particular de cada uno de los productos culturales presentados al consumo por parte de los Medios de comunicación.

Según a mi entender los productos culturales presentados al consumo, ya se presentan de forma estratificada e afín a partir de cada uno de los medios de comunicación existentes, sin “derecho” a una creación inexistente.

La recontextualización de cada uno de los productos presentados por los medios de comunicación, ya se ven presentados de buen principio por cada uno de ellos; no surgen de lo individual, sino que es el propio individual el que se encuentra dentro de dicha multitud de pensamiento mediatizada.

Está claro que la existencia de una recontextualización grupal de cada uno de los productos culturales presentados, la cual viene determinada por cada una de las diferentes fuentes que nos presentan los diferentes tipos de medios de comunicación, nos ofrece la posibilidad de que cada uno de los “grupos” presentes interpreten a “buen ojo”, cada una de las similitudes a sus propias costumbres, ideas “estandarizadas”.

Con todo lo presentado hasta el momento quiero dar a entender, que por mucho que las teorías sociológicas, nos quieran hacer entender de la existencia de al menos, una capacidad de decisión en torno a todo aquello que podemos deliberar frente a la “Agenda” presentada; la posibilidad de que dicha deliberación se aleje por ejemplo del impacto directo de la aguja hipodérmica, pasa como mucho por la “intoxicación” deliberada de aquel ente, personaje, líder,…(llamada también de doble flujo de comunicación), la cual no olvidemos proviene también de los medios de comunicación; a no ser que el mismo provenga de otro “planeta”. No olvidemos tampoco, que la función de los medios de comunicación es la construcción de aquella realidad que todos podamos reconocer.

Con lo cual y volviendo a lo de “antes”, nos volveremos inevitablemente a la visualización de una realidad ya creada y con imposibilidad de variabilidad “incontrolada” alguna por parte de la misma.

Con todo ello podríamos hablar también de la cuestión de la espiral del silencio presentada por Noelle-Neuman, sobre la necesidad del ser humano del sentirse acomodado a aquel pensamiento originado por la opinión pública, ya que la existencia del mismo, la existencia de cualquier pensamiento es imposible de entender sino es a partir del filtro social, no sólo de aquel que es originado por los medios de comunicación, sino por el propio originado por cualquier “ente existencial”.

Supongo, que estas palabras señalan más una crítica a un todo, que no a la propia valoración de las ideas presentadas por cada una de las fuentes de pensamiento presentadas en este “episodio psicológico”; individualistas y sociológicas. Pero me es imposible pensar la existencia del pensamiento humano o mejor dicho de la variabilidad de pensamiento del mismo; ya que el mismo no tiene capacidad de creación y su variabilidad se limita a cualquier “ocurrencia conocida”.

Actualmente, sin entrar en el hecho que exista el interés de la existencia de lo no conocido, ya sea por el hecho de la “in-necesidad” de romper con todo lo creado, de romper con la costumbre, valores culturales, estructuras,…en fin romper con todos los aspectos por los cuáles los medios de comunicación se sirven de piezas de juego, sino que aquello no conocido no se encuentra a nuestro alcance.

En definitiva la única variabilidad se supone a la mezcla de pensamiento e intoxicación social, derivada de unos mismos ingredientes que día a día los medios de comunicación luchan por hacer aflorar en son de la sociedad capitalista.


Así que seguiremos pintando nuestros medios tras superficies de cartón, imaginando nuevos sueños que evadan la existencia de la realidad…