jueves, 3 de abril de 2014

Clavando los pies

Tal vez fue antes de lo esperado, pero es de esas cosas que cuando llegan tienes que aprovecharlas, pues el tren no pasa siempre al gusto de cada uno. Así que finalmente fijaba mi residencia por un tiempo en Bocas del Toro, Panamá.

Ahora con bandeja en mano podía seguir gozando de esas vistas a las aguas del Caribe gracias a ese embarcadero de madera que separaba un chapuzón a horas libres y unos cocktails y platos al orden de un idioma que debería practicar.

Era la vuelta a una de esas pequeñas rutinas a la que uno le da cierta estabilidad tanto emocional como económica y a las cuales tarde o temprano tenemos que agarrarnos sin clavo ardiendo para no dejarse perder en ningún sentido.

La idea era tomar pocos días de fiesta en los dos próximos meses vinientes y así poder gozar posteriormente sin trabajo alguno de aquellos países que me dieran algo más por esos dólares que sin llenarlos empezaban a cubrir mis bolsillos.

Encima contaba con la ventaja que en mis ratos libres podría ir descubriendo de a poco esas ocho islas que me rodeaban, en donde el sol nunca se perdía de vista y tal vez sólo por esto ya era suficiente para pensar que la decisión tomada había sido la correcta.

Ahora el único dilema venía por donde aparcar mis bártulos; optar por camas alternas allí en donde se fijará el mejor precio diario u optar por esa cama fija en donde poder desparramar cada una de mis cosas sin miedo a perder nada.

Así que una vez más iríamos viendo sobre la marcha e iríamos tanteando cada uno de aquellos lugares que allí se escondían. Pues hoy ya había tomado una importante decisión quedándome quieto y por más no debemos anticiparnos a los hechos, pues los mismos ya aparecen frente nuestro para que nos sigamos cuestionando el todo.

Pues tal vez Marimba le pondremos al sonido del despertador que ha vuelto después de mucho tiempo, secuenciando ahora mi vida. Pero el ciclo de la misma sigue en auge en el momento que uno ve la cantidad de minutos en los que uno puede despertar su imaginación sin marimba alguna. Eso sí, siempre y cuando uno no tenga miedo a lo que pueda aparecer frente de su mente, pues la cuestión es afrontarse a ello.


Do you like something to drink? O me voy a la playa, es mi hora de descanso….



No hay comentarios:

Publicar un comentario