lunes, 24 de octubre de 2016

Viajar es siempre un volver a nacer…

A veces las cosas cambian, es lo que tiene vivir al día. Pues un día estás aquí y al otro tal vez sigues estando sin saber por qué, en el mismo sitio. Hoy me doy cuenta que justo hace dos años tenía que coger un vuelo a Chile para continuar mis aventuras o desventuras por allí donde me apeteciera respirar. Tenía que seguir contando cosas interesantes o no por allí donde pasara, pero en ese momento decidí que era momento de seguir contando cada uno de mis pensamientos a quien decidía también quedarse a mi lado.

Tal vez la decisión más bonita que he tomado nunca y de la que me siento más orgulloso. Dejar algo por amor le ayuda a uno a sentirse vivo y sin lugar a dudas volvería a hacerlo aunque tuviera los ojos abiertos.

Han sido dos años diferentes en los que tal vez no he contado cosas y me las he guardado para mí y para quien tenía a mi lado; pues a veces la intimidad emocional es estúpidamente necesaria para seguir pensando egoístamente que aún nos queda algo que sólo es nuestro.

Puedo decir que han sido dos años increíbles vividos en gran parte en Barcelona exceptuando esos meses en que cruzamos hacia las Américas para vivir el sueño americano de un Road trip que cubrió ese Texas-California cargado de buenas intenciones.

Pero sin saber porque, a veces las cosas se acaban; tal vez porque llega un momento en que ya no sabemos si pensamos más con la cabeza o con el corazón, tal vez porque pensar se vuelve un suicidio para la pareja.

Los últimos meses se han llamado “Port de la Selva”, pues todo pasa por algo en esta vida; las casualidades nos las inventamos cuando no queremos reconocer la realidad de las cosas.

Estos últimos meses han sido meses que se acercan al clásico comentario de “reencontrarse con uno mismo”. Allí sólo me quedan agradecimientos hacia una nueva familia y como no, a aquellos que nos coincide más que un nombre en su partida de nacimiento.

Hoy es día 24 de Octubre de nuevo y siento que me tengo que ir. No sé si soy valiente o cobarde, lo único que sé es que en cada viaje empieza una nueva vida. Tal vez es la necesidad de volver a ser niño para dejar de preguntarme si lo que hago es realmente lo que quiero y deseo hacer. Tal vez es la necesidad de poder volver a explorar el mundo con los sentidos; hacia lo que podemos ver, tocar, oler o saborear; algo que parece que una Barcelona gris ya hace tiempo que ha olvidado…

La nueva aventura se llama “Asia”, pues a uno ya le apetecía cambiar de continente. Dejo atrás grandes recuerdos; pero uno no quiere vivir con el castigo de no poder quitar la palabra “amor” del lugar del desencanto.

La vida es maravillosa si uno lo quiere, el amor puede ser fácil y simple: tan sólo hace falta quererse a uno mismo. Así que empecemos con ello y solo de esta manera podremos seguir dando amor…

Can't we give ourselves one more chance
Why can't we give love that one more chance
Why can't we give love give love give love give love
Give love give love give love give love give love
Because love's such an old fashioned word…


Por suerte nunca habrá un último baile si queréis, pues vosotros decidís cuando empieza uno de nuevo. Quitaros la presión de encima… y seguir dando amor.



No hay comentarios:

Publicar un comentario