Viajar es siempre un volver a nacer…
A veces las cosas cambian, es lo
que tiene vivir al día. Pues un día estás aquí y al otro tal vez sigues estando
sin saber por qué, en el mismo sitio. Hoy me doy cuenta que justo hace dos años
tenía que coger un vuelo a Chile para continuar mis aventuras o desventuras por
allí donde me apeteciera respirar. Tenía que seguir contando cosas interesantes
o no por allí donde pasara, pero en ese momento decidí que era momento de
seguir contando cada uno de mis pensamientos a quien decidía también quedarse a
mi lado.
Tal vez la decisión más bonita
que he tomado nunca y de la que me siento más orgulloso. Dejar algo por amor le
ayuda a uno a sentirse vivo y sin lugar a dudas volvería a hacerlo aunque
tuviera los ojos abiertos.
Han sido dos años diferentes en
los que tal vez no he contado cosas y me las he guardado para mí y para quien
tenía a mi lado; pues a veces la intimidad emocional es estúpidamente necesaria
para seguir pensando egoístamente que aún nos queda algo que sólo es nuestro.
Puedo decir que han sido dos años
increíbles vividos en gran parte en Barcelona exceptuando esos meses en que
cruzamos hacia las Américas para vivir el sueño americano de un Road trip que
cubrió ese Texas-California cargado de buenas intenciones.
Pero sin saber porque, a veces
las cosas se acaban; tal vez porque llega un momento en que ya no sabemos si
pensamos más con la cabeza o con el corazón, tal vez porque pensar se vuelve un
suicidio para la pareja.
Los últimos meses se han llamado
“Port de la Selva”, pues todo pasa por algo en esta vida; las casualidades nos
las inventamos cuando no queremos reconocer la realidad de las cosas.
Estos últimos meses han sido
meses que se acercan al clásico comentario de “reencontrarse con uno mismo”.
Allí sólo me quedan agradecimientos hacia una nueva familia y como no, a
aquellos que nos coincide más que un nombre en su partida de nacimiento.
Hoy es día 24 de Octubre de nuevo
y siento que me tengo que ir. No sé si soy valiente o cobarde, lo único que sé
es que en cada viaje empieza una nueva vida. Tal vez es la necesidad de volver
a ser niño para dejar de preguntarme si lo que hago es realmente lo que quiero
y deseo hacer. Tal vez es la necesidad de poder volver a explorar el mundo con
los sentidos; hacia lo que podemos ver, tocar, oler o saborear; algo que parece
que una Barcelona gris ya hace tiempo que ha olvidado…
La nueva aventura se llama
“Asia”, pues a uno ya le apetecía cambiar de continente. Dejo atrás grandes
recuerdos; pero uno no quiere vivir con el castigo de no poder quitar la
palabra “amor” del lugar del desencanto.
La vida es maravillosa si uno lo
quiere, el amor puede ser fácil y simple: tan sólo hace falta quererse a uno
mismo. Así que empecemos con ello y solo de esta manera podremos seguir dando
amor…
Can't we give ourselves one more chance
Why can't we give love
that one more chance
Why can't we give love
give love give love give love
Give love give love
give love give love give love
Because love's such an
old fashioned word…
Por suerte nunca habrá un último
baile si queréis, pues vosotros decidís cuando empieza uno de nuevo. Quitaros
la presión de encima… y seguir dando amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario