domingo, 13 de octubre de 2013

Uno corto para descansar…

Pues llega el día en que la madera es madera, el cristal es cristal, el hierro es hierro y la arena parece tan difícil de modelar que ni la propia locura inventada te permite pensar con todo lo que acontece a tu lado.

Así que me brindé una semana de vacaciones en donde sólo me permití respirar y mover mis extremidades al son de las necesidades básicas; con lo que la posibilidad de escribir quedo relegada a la de vivir; pensando en que no era necesario seguir escribiendo para buscar mi aceptación social, sino que podía hablar para que la gente me entendiera.

No es que cuando escribiera no viviera, pero tal vez no es necesario cuestionarse todas las frases que parecen ciertas para buscar más alicientes a lo que la vida propia te ofrece; así que salgo por unos días del caparazón kafkiano, esperando que todo fluya sin esperar nada. Un nada inexistente, por el mero hecho que la propia lluvia aparece por forma natural.

“Hola, buenos días…esta semana no acepto la vida como un desafío creativo y no pienso invertir mucho tiempo en la descripción y el análisis subjetivo de mí mismo; así que dejo mi cabecita plana para que la misma no pueda cambiar de pensamiento.”

Y como no estoy aquí para inventarme sentimientos, sino para decir lo que pienso, dudo del hecho de que la felicidad te haga un ser perezoso, sino que como mucho te hace discurrir menos y ello no implica, repito…que cuando escribiera no fuese feliz; pues la propia felicidad no tiene capacidad comparativa a partir del momento de que sólo los seres se sienten a sí mismos, pues lo que creemos que sienten los demás a partir de nosotros mismos, es tan sólo una invención de lo que te permitas estar pensando de ti mismo

“ Hola buenos días..estoy aún estoy Valparaíso y sigo feliz, al igual que ayer….pero con menos palabras escritas…”, el escarabajo quedo relegado tras nuevos episodios con que pensar; pues tal vez sólo cuando nos permitimos ser escarabajos, podemos decir lo que pensamos…pero bueno hoy dijo la verdad sin caparazón, sino siempre Samsa podrá aparecer por mí dentro de unos días.


“Hola buenos días…”


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