domingo, 6 de julio de 2014

Bien, allí en Cawston; así que tal vez

Intentaba recordar ese Ángelus de Millet que tal vez era, pero no veía nada claro, pues yo recordaba paz, medianoche, oración por las cosas que tal vez nos había dado la tierra; si tal vez un sermón a un alguien que nos inventamos en momentos de flaqueza. Si ese opio del pueblo que sin droga inducida acaba intentando no mermar esas ilusiones que pensamos que no han quedado en el olvido de aquel que sueña sin conseguir nada; sí, tal vez una forma estúpida de buscar la felicidad sin placer.

Ahora veía arneses, laders y toque de comienzo hacia conseguir ese dólar preciado con el que poder dar una nueva carta de presentación a cualquier farm a la que acudir; la puta tierra se había convertido en un perfecto fenómeno de capitalismo. Por otro lado las ropas anchas y el anhelo de Woodstock se habían quedado en una mera imagen de ropa vintage con la que pasear una forma de ser que quedaba cool.

No me veía ni siguiendo un Dios con el que creer ni arropándome con la seguidilla del último calo con el que continuar la ronda de toma aire de abstracción del momento; pues parecían ser ambas una evasión del momento que veíamos pasar y no estaba en momento de seguir soñando, pues de vida tal vez solo me habían dado una.

Pero de todas maneras, a pesar de tal vez ver como se había perdido el romanticismo de esos cuadros que nunca vi pintar por no ser inmortal y sin tal vez estar seguro si ello me importaba, me daba cuenta que la competividad ya llegaba más allá de allí donde todos los dioses con los que sermoneábamos podían llegar; eso sí, según nuestro intelecto de sueño anterior.

Así que me limitaría a conseguir unos dólares canadienses a mi manera sin que ello me contradijera a mis principios, que sin ser estelares serían estúpidos contar, pues tal vez los mismos no estaban más allá de lo que la sociedad me había obligado a pensar; así que tal vez también eran capitalistas por muy cool que pareciera  tomar el té de buena mañana con taza requemada por fuego de transformación.

Así que tal vez por locura pasajera con quien pasear estos comentarios, era feliz de vivir entre manzanos en esa pequeña casa de tela sin hipoteca marcada con la que podría volver a crear imágenes con palabras; ahora sólo me dolía cada vez que tendría que arrancar una nueva manzana de ese árbol prieto porque alguien soñó en que el tamaño importaba.

Tal vez fue una nueva inventiva de enseñar con aquellos que parece que no se quejan, que la evolución viene marcada por aquel que se adaptaba mejor a cada uno de los momentos que le toca vivir y a ello li llaman inteligencia…; pues tal vez ese día se tomaron de muestra las manzanas como comodín mientras veíamos como se acababa un romanticismo que nos inventábamos.


Sí supongo que es el arte de vender productos, la confusión entre arte y decoración; la confusión de darle fuerza a esa manzana de Eva en un libro con el que pensar en momentos de flaqueza.. pu2es no lo entiendo o es que ahora la tengo que tirar para que la otra tenga más suerte en la vida; o es que tal vez es una representación de Kain y Abel; o es que tal vez el capitalismo es una religión…o es que a la religión le funciono el hecho de que hubiera dinero por el medio.



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