Intermedios; a la búsqueda de la
naturaleza hecha realidad
Últimamente se me podía criticar
por padecer una pérdida descriptiva de los lugares que iba visitando, pues cada
vez era más consciente que todo lo natural era tomado como piedra principal de recuerdo;
allí en donde se difuminaban las guías turísticas por tedio a recomponer
historias pasadas.
Sí, supongo que todos formamos
parte de una generación, una generación que mira con ojos incrédulos a aquellos
que nos dictaminan sus conocimientos como arma de paso de la vida. Una
generación que vamos creando bajo nuestras propias normas, las cuáles se asimilan
a aquellas que fueron atacadas en rebeldía por la innata ignorancia de algún
antepasado. Eso sí! estas actualmente, bajo la ignorancia por conocer la
derrota, nos conducen a pensar que nuestra individualidad de pensamiento nos
hace aumentar nuestra autoestima.
Una individualidad de
pensamiento, que se encuentra totalmente falseada por el hecho de que esta
forma parte de un todo, lo social, el cual esta creado por un conjunto de
individuos que siguen sin rumbo, aquello que se les determina como personas.
Vivimos en una sociedad, donde el
miedo a expresar todo lo que sentimos nos ahoga en la ignorancia, la ignorancia
de no conocer todo aquello que podemos llegar a sentir como seres humanos.
Con lo cual te preguntas -¿Qué
coño estamos haciendo? Es necesario tachar de incoherencia tardía todo aquello
que nos acompaña del pasado, es necesario pensar que estamos creando el
correcto camino para creer que somos diferentes, que somos mejores, que mejor
dicho “somos”.
Realmente se me viene encima el
hecho de pensar que nos encontramos bajo una crisis de individualidad egoísta,
producida por el hecho de querer sentir nuestra existencia, la cual nos está
conduciendo a la ignorancia; una ignorancia que se convierte en el precio que
pagamos por ser más que el algo que seguimos infravalorado, eso sí, bajo
nuestro continuo ataque de egoísmo existencial.
Así que seguiré obviando en los
próximos días todo aquello que parece tomar importancia como piedra sin respiro
y dejando de lado esa playa de Canoa, me dirijo allí en donde los caparazones
escritos parecen obviar el paso del tiempo. Con ellos seguiré aprendiendo de la
palabra del ahora y del antes, sin tener que tener en cuenta la enclavación de
un edifico, de una calle de una plaza como norma de conocimiento.
De nuevo me propongo a salir de aquí
y escuchar y sentir todo aquello que me aporta aquel que con palabras o sin
palabras vive.
Rumbo a las Galápagos…
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