viernes, 14 de abril de 2017


108, el cuervo de Edgar Allan Poe y Boudhanath

Algunos estarán sentados en lo que parece un sofá lúgubre, al momento que irán esperando respuestas positivas a unas preguntas tal vez mal formuladas.

Otros seguirán dando vueltas alrededor de un lugar sagrado, al momento que irán esperando respuestas positivas a unas preguntas tal vez mal formuladas.

Los primeros de ellos tal vez se encontrarán con un cuervo, que abrazado a Palas Atenea, símbolo de sabiduría, seguirá repitiendo un mantra irreversible que espera que cambie su vida. Un mantra que irá repitiendo “nunca más” (Nervermore).

Los segundos se encontrarán con un mala en sus manos que abrazado a Buda, símbolo de la iluminación, seguirá repitiendo un mantra irreversible que espera que cambie su vida. Un mantra que irá repitiendo “Om mani padme hum” (la joya en el loto).

Pero tal vez lo que tenemos que empezar a hacer, es a saber cuál es la pregunta que debemos hacer en vez de ir esperando una respuesta que siempre sabemos que acabará siendo la misma, pues ese mantra se seguirá repitiendo por un igual.

Al fin y al cabo, todo depende de cómo queramos sentirnos en cada momento y eso sólo nos concierne a nosotros mismos; estar bien o mal siempre estará en nuestras manos.

Podemos, por ejemplo, preguntar si nos vamos a reencontrar con una persona amada o bien podemos preguntar si volveremos a sentirnos solos en esta vida. Conociendo que la respuesta siempre será “Nevermore”, eso nos permitirá que ese día sea especial o uno más para olvidar.

El problema es que nos cuesta tomar el camino en donde nosotros tenemos que decidir, el momento en que nosotros tenemos que decidir la pregunta, pues siempre esperamos que aquel nombrado por su sabiduría nos dé la respuesta; en vez de afrontar la vida por nosotros mismos.

Así que cobardes o no, devotos o no o como queréis darle una pregunta a una respuesta, curiosamente Edgar Allan Poe acabo escribiendo 108 líneas para escribir “el Cuervo” y los que allí en Boudhanath buscan una pregunta a una respuesta siguen dando también 108 vueltas a la Estupa.

Casualidades o coincidencias, el número 108 se repite en cada momento y sigue convirtiéndose en el número sagrado de la meditación.

Una meditación que tenemos que empezar a entender, que la verdad sólo va con nosotros mismos. Tal y como su significado nos dice; es el ejercicio de pensar y considerar un asunto con atención y detenimiento para estudiarlo, comprenderlo bien, formarse una opinión sobre ello o tomar una decisión.

Importante que recodéis; tomar una decisión…. Nosotros.



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