Ya es hora que… evidentemente en cualquier parte del
mundo
Ya es hora que empecemos
a crecer sintiendo las cosas. Durante las primeras etapas de nuestra existencia
nos dedicamos a explorar el mundo con los sentidos, nos dirigimos hacia el mundo
exterior; hacia lo que podemos ver, tocar, oler o saborear, cualidades que van
mermando a medida que pasan los años.
Durante las
primeras etapas de nuestra existencia establecemos una relación personal,
emocional, con todos aquellos elementos de la naturaleza a los que atribuimos algún
poder, pero según parece cuando nos damos cuenta que no los podemos controlar,
los colocamos como objeto con respecto a los deseos que le atribuyen.
Esta noche de nuevo
cada uno de aquellos animales se pusieron a hablar entre ellos en hora punta,
pues la madre tierra les hablaba de un nuevo saqueo emocional y en su caso no
creo que nunca fuese personal.
Nosotros estúpidos de
nosotros no nos dábamos cuenta de ello, pues un mal día decidimos que sentir
demasiado era de débiles.
Sal corriendo y abrázate
a un árbol si quieres, pues tal vez te darás cuenta que en un minuto podemos
sentir más que en una vida. Sal a fuera y abrázate con quien quieras pues es
algo más que la palabra lo que conecta las cosas…
Hasta que la
representación del espacio no pase por la palabra, cuanta más movilidad tenga
una persona o un grupo humano, más grande será el mundo para ella y más
capacidad de decisión tendrá que demostrar frente a él.
Vivamos en un mundo
más grande del que nos limitamos a vivir, tal vez empezaremos a descubrirlo con
miedo porque no podemos controlarlo, pero recordad que manejar y controlar solo
producen una respuesta: agresividad y resentimiento
Si el cielo se pone
gris, si el viento azota más fuerte que nunca, si el mar se convierte en pura
espuma….no trates de entenderlo, pues solo sintiéndolo todo será mucho más fácil.
No olvidemos lo que
nos da la vida, no olvidemos lo que tenemos a nuestro alrededor….
Ahora
desgraciadamente tal vez he pasado todo esto por el filtro de la escritura,
pero en mi interior sigo pensando que lo he sentido, pero evidentemente no hay
palabras para ello; así que tal vez solo me queda empezar a aullar para
sentirlo de nuevo, aquí en Indonesia…
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