domingo, 9 de diciembre de 2012


Tras un arduo trayecto de curvas me he ido alejando de Santiago, hasta que llega un momento en que todo parece tener un nuevo sentido. Es esa propia intuición, la que me hace bajar las escaleras del autobús, momento en que miro a mi alrededor y me doy cuenta que hay cuatro “almas” que tampoco no se han podido escapar de la tentación de huir de la civilización; estas miran fijamente hacia el mismo punto, momento en que yo levanto la cabeza y me veo frente al mar.

En ese momento empiezas a pensar en esos paisajes idílicos en los que tantas veces has soñado, en esas formas de vida en las que te gustaría encontrarte inmerso para sentir la felicidad aun más de cerca; te vienen a la cabeza imágenes de cabañas de madera frente al mar, de ese baño salado sin apenas salir de la cama, de esa búsqueda nómada de alimentos por el mar con que cubrir tus necesidades, con esos atardeceres con buena compañía en que acabas ahogando el fuego compartido sin sentir el paso del tiempo… y es al cabo de un tiempo que me doy cuenta que estoy haciendo realidad todas esas imágenes oníricas y me veo sentado en la playa rodeado de esas cuatro” almas” que me habían acompañado en ese viaje, las cuales me transmiten un ambiente claramente familiar.

Supongo que una vez mas no fue casualidad, que esa misma tarde me hubiera topado con un nuevo mensaje estampado en una vieja madera, en donde se podía leer:

el agua mi hermano

la ola mi hermana

el mar mi “alma”

Ahora entendía las sensaciones que habíamos tenido esa misma mañana al bajar del autobús; ese mar nos había unido para que pudiéramos hacer realidad aquellos sueños compartidos.

¿la familia une al igual que el mar?...esperaremos encontrar nuevos mensajes…
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Per Bercelona corre la llegenda urbana que algú escriu per tu. I per més inri, que utilitzes corrector ortogràfic...catacruck. ;). Keep walking Abel!

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  2. je je, estic encobert!!! La veritat es que el corrector es imprescindible!!!

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