Copacabana e Isla de Sol
Me pase muchos días sin escribir,
seguía con la intención de no vender letras, sino que sólo me permitía mostrar
aquellos sentimientos y emociones que fluyeran a partir de las vivencias con el
entorno que me tocaba vivir.
Curiosamente me había tocado
vivir unos días frente a increíbles escenas oníricas transportadas a postales
vivenciales, que se habían extendido desde el embarcadero de San Pedro de
Tiquina a la indescriptible Isla de Sol; pasando por esas dialécticas allí
arriba en la Horca del Inca de Copacabana, con viejas amistades con las que me
había reencontrado después de unos meses y con las que había brindado nuevos
años pasados junto a apellidos capitalistas que siempre recordaríamos bajo ese
pool traído de Tennessee.
Pero la sangre parecía coagulada
en mis venas o tal vez al estar tanto tiempo alterada por las emociones que
había vivido durante estos últimos meses, la misma parecía permanecer en un
estado continuo de euforia que cada vez me hacía más difícil el sentir aquellos
cambios que pudieran convertir mis acciones en palabras con o sin sentido para
la gente; pero que por lo menos a mí me ayudaran a revivir todo esto en un
futuro a través de un piel sino más curtida, que se vería de nuevo estremecer
Por otra parte está claro que tampoco
eran momentos en los cuales tuviera que escribir para huir de algo; lo que en
otras épocas de mi vida tal vez me hubiera ayudado a encontrar ese pequeño
camino de luz tal vez ficticio.
Así que me encontraba con una
sensación extraña en la cual no me preguntaba nada sobre lo que pasaba frente
de mí, curiosamente era como si al no tener nada en el que pensar, el no tener
nada por el que sufrir, el posiblemente estar en una situación placentera, me
causara una fuerte inquietud. Aparecía nuevamente la necesidad de buscar un
nuevo cambio que me hiciera poder sentir nuevas cosas, nuevas sensaciones; pues
de la misma manera que la tristeza no era buena compañera, la continua euforia
también parecía anular emociones que me servían para jugar con mis
sentimientos.
Ahora sentado frente a este
embarcadero me permitía escribir y buscar un nuevo camino, incluso me planteaba
el hecho de regresar por un tiempo a mi tierra para sentir nuevos cambios por
un tiempo y escoger nuevas destinaciones una vez el equilibrio se hubiera
vuelto imposible por falta de inseguridad.
Parecía ilógico, pero cuando
parecía alcanzar cierta claridad en cuanto a la posibilidad de alcanzar ese
equilibrio tachado de imposible me venía a la búsqueda insaciable de la
inestabilidad; tal vez podría parecer una lucha masoquista al son de mi propio
ser, pero aun así seguiría pensando que el mismo sería producto de la ansias de
vivir la vida a toda costa. Pues sin opuestos se marcaría una línea sin sentido
en mi vida, que su recuerdo tras su vista en el futuro pasaría al olvido por la
poca necesidad de recuerdo del mismo.
Eso sí, mientras seguiría
pensando en la dificultad que supone ir a busca leña para cocinar, buscar
papayas a buen precio, aprender a pelar truchas, aprender a hacer macramé,
aprender a cocinar platos de otras culturas, aprender a vivir de la vida,
aprender a no tener que pensar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario