sábado, 8 de junio de 2013

Retorno a Chile

Al cabo de unos meses las montañas se volvieron nevadas, lo que me hacía pensar que ya había pasado una temporada desde mi evasión. Pero ese Licancabur bañado de blanco seguía respetando el color de sus faldas con esos bonitos colores del atardecer. Yo ahora podía seguir sentado allí en frente con cigarro en mano pensando en  todo lo que había hecho los últimos meses y seguir soñando en escoger mi propio destino. No quería pensar que los días se estaban volviendo por un igual al ir bajo una mochila, pues ello significaría que había dejado de percibir las cosas buenas que aparecen en la vida; así que seguiría pensando en que estaba en condiciones de realizar todo aquello que soñara, tan sólo me tenía que permitir saber lo que quería.

Era momento de ponerme a trabajar y había escogido a aquella Chile que durante más de dos meses me había acogido con las manos abiertas; una sensación que recobre desde el momento que pise aquel mar de Arica que me abrió el camino hacia San Pedro de Atacama.

Tal vez ahora no pisaría el Valle de la Luna, la Laguna Cejar, los géiseres de Tatio; pero seguro que tendría muchos nuevas cosas que aprender. Empecé por desempolvar mi viejo curriculum para darle un aire más de garçon y con el poder rienda suelta al nuevo sueño.

Los primeros días estaban siendo un poco complicados, pues la temporada de las vacaciones de los europeos no estaba en su auge, así que con la ansiedad de hacer algo productivo me embarque con la aventura de vender sándwiches vegetales por la calle; las ganancias no eran muy provechosas, pero las risas compartidas bajando por Caracoles tenían más recompensas de vuelta que las propias lucas que pudiera alcanzar al cabo del día.

Unas bajadas por Caracoles que se veían amenizadas con conversaciones con todos aquellos que me apoyaban en mi búsqueda de laburo y que me dirigían hacía nuevas estancias en donde presentar mis dotes o mis faltas. Era como un nuevo viaje en mi viaje y ello también me hacía replantear si seguir escribiendo este diario, pues las aventuras a partir de ahora tal vez se volverían más personales.

Con ello dejaba entrever que tal vez a partir de ahora pasaría un tiempo sin escribir de cara al público y retomar la escritura cuando partiera de estas tierras; tal vez mi estancia aquí se alargaría hasta Agosto, pues tenía ganas de aposentarme durante un tiempo en el mismo sitio. Pero también era consciente que si cualquier otro día me levantaba por la mañana con ganas de explicar todo aquello que sucedía en mí alrededor, seríais los primeros en saberlo.

Tal vez también necesitaba descansar mi escritura para que la misma se volviera más genuina, pues tal vez la reiteración de pensamiento podría ser un freno a la aparición de nuevas sensaciones.


Así que tal vez no decía un hasta luego, pero si un ya veremos…


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