martes, 29 de noviembre de 2016


Nagarkot, sobrevivir o deseos

Podría ser un día cualquiera de noviembre, pero hoy me encuentro tumbado en un sofá de esos llamados chill out, en una no cualquiera terraza de un hotel no llamado por casualidad “End of the Universe, en una sí, soleada mañana en Nagarkot.

Frente mío una alcanzable taza de té y a lo lejos tal vez un inalcanzable lugar de nieve llamado Himalaya.

­Evidente emoción por ver, aunque sea desde lejos algo de lo que durante tantos años he oído hablar, al momento que me pregunto porque las personas sueñan en subir esas montañas. Tal vez las personas ven en ello el deseo más alto al que pueden aspirar; tal vez es la única manera de poder ver materializado el poder llegar a lo más alto desde un punto de vista espiritual.

Según parece los deseos aparecen debido a nuestras carencias y estos acaban cuando los vemos representados. Sí, son esos deseos que nos obligan día tras día a marcarnos metas y objetivos para sentirnos que estamos haciendo algo interesante con nuestras vidas, aunque tal vez muchos lo hacen para demostrar que sus vidas son interesantes. La verdad es que es difícil saber quién marca nuestro destino, nosotros o ellos. Pues hay que ver las cosas estúpidas que uno acaba haciendo por ser otro.

Según parece la mayoría de personas se quedan sólo con sus deseos en mente y al no poder visualizar como llegar hasta ellos, tarde o temprano acaban abandonándolos, con lo cual acaban resignándose. Después es cuando llega Balzac y nos dice que la resignación es un suicidio cuotidiano; con lo cual uno se pregunta si tener deseos es jugar entre la vida y la muerte.

Intento pensar que mi único deseo se materializa con el objetivo de sobrevivir, con lo que me agarro a esa taza de té que tengo frente de mí; por suerte sobrevivir significa ver, oír, tocar, saborear, sentir y lo más importante amar. Así que creo que con esto tengo bastante, no es que tenga miedo en marcarme nuevos objetivos por miedo a la muerte, pues ella es la única que me hace sentir que estoy vivo. Lo único que pienso es que “pensar” en el futuro es una pérdida de tiempo.

Así que volvamos a la facilidad de nuestros cinco sentidos y con ellos amemos. Empezando por nosotros mismos, pues nadie ni nada es principio y fin de todos nuestros intereses; y recordar que cuando uno entrega todo su amor, se queda solo.

Ahora es momento de escuchar “Cerca del Cielo” de Nacho Vegas, para tal vez entender a aquellos que ven esos ocho mil desde otro punto de vista. Tal vez en el fondo todo acaba siendo lo mismo; - “una guerra tan cruel como la de uno contra uno mismo”.

En el fondo todo el mundo busca a su manera que necesita para salvarse y seguir viviendo. En el fondo todo el mundo busca a su manera como sobrevivir…

Pero recordad que Sísifo fue un mito y no hace falta hacerlo realidad cada día con vuestras vidas. 



3 comentarios:

  1. Pensar en el futuro tal vez sea un suicidio por no centrarnos en el presente..pero este es algo tan efimero que no tiene mas tiempo...la esperanza es futuro. Pensar en alguien es pasado....y presente? La mente es maravillosa...pero t a mbien puede ser tu peor enemica. Bon diaaaaaaaa

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  2. Siempre y cuando la esperanza no sea el único antídoto para afrontar nuestros problemas. Bon dia!!!! :)

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  3. Depende de la situacion de cada uno o de si ya estas tocando al inframundo y no te queda nada.....

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