Budismo, Sati y algunas cosas más que contar
El Machapuchare es una montaña de
los Anapurna venerada por la población nepalí por ser sagrada para el dios
Shiva, con lo cual no está permitida su escalada. Con ello uno se da cuenta,
que a menudo las cosas materiales por una razón u otra no son alcanzables para
todo el mundo, por muy próximas y cercanas que a veces parezcan.
Machapucharne viene a significar
“espina de pescado”, nombre que le viene dado por la forma de su cima. Una
forma de pescado que tal vez podemos visualizar de forma más real allí abajo en
Pokhara, la ciudad próxima más grande o bien aquí mismo en Katmandú, pero no
por ello significa que sea más alcanzable para todo el mundo.
Uno se puede pasear por las
calles de Katmandú y puede encontrar puestecitos que venden pescado, pero tras
la pregunta del precio, uno muchas veces se acaba resignando a un plato de
arroz acompañado de vegetales.
Con lo cual la historia se
repite, las cosas materiales por una razón u otra no siempre alcanzables… pero
bueno está claro que con esto tampoco estoy diciendo nada nuevo; uno a veces se
resigna y acaba renunciando a lo que desea.
Ahora andando por las calles de
Boudhanath veo un sinfín de monjes vestidos con sus tradicionales ropajes
morados, según parece buscan esa iluminación que les permita despojarse del
apego, de la necesidad de posesión, etc.. mediante el llamado noble camino
óctuple.
Según parece este camino será el
que les permitirá borrar la sensación de sufrimiento, pues según dicen el dolor
es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Con lo cual si resumimos la
situación sería la siguiente;
A partir de nuestra llegada al
mundo, vamos a estar sufriendo por el hecho de no conseguir las cosas que
anhelamos, y la única opción que nos permitirá anular dicho sufrimiento, será
eliminando la idea de tener que poseer aquello que queremos. Un hecho que
traducido al mundo marino alimentario, significaría que si eliminamos el deseo
de querer comer pescado nunca vamos a sufrir por ello.
Realmente visto así para ser todo
lógico, pero no por ello fácil. Según mi humilde entender la solución pasaría
por anular la escritura. La escritura constituye el principal instrumento de
individualización de las personas, ya que representa las dinámicas del mundo a
través de modelos abstractos; equivale a comprender sus mecánicas y genera
sensación de poder sobre ellos.
A partir de aquí teniendo en
cuenta que somos almas comunicativas nos tendríamos que apoyar únicamente con
la oralidad. En la oralidad no existe el pensamiento abstracto, desconectado de
la acción, ni la consciencia de la existencia de la mente, ni los verbos que
hacen alusión a los estados mentales como pensar, decidir, creer, dudar,
equivocarse.
Tal vez de esta manera estaríamos
libres de sufrimiento, pero luego llega la pregunta que te hace entrar de nuevo
a un círculo sin salida - ¿Por qué se llenan ríos de tinta de esta práctica
filosófica o religiosa llamada budismo?
Una vez más mi incomprensión en
relación a cualquier doctrina, práctica filosófica o religiosa se repite,
aunque la misma no sea de carácter teísta.
Pero bueno tampoco no os
engañaré, ahora cada una de estas tardes de emoción primaveral, me paseo en
silencio dando koras alrededor de la Estupa; eso sí, intento olvidar lo que
deseo conseguir, para no tener que sufrir por no haberlo conseguido.
A mi alrededor siguen esos monjes
intentado llegar a esa consciencia plena o “sati”. En nepalí “sati” significa
amigo, así que de momento me quedo con ese significado que aún me da más
felicidad. A la llegada a casa sé que me esperará una “Nepal Ice” a compartir
con más o menos palabras con alguien y sino se lo mandaremos por escrito sin
miedo alguno. Pero recuerda nunca prometer regalar el mundo entero…
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