Días de cambios
A nadie le resulta fácil empacar,
y dejar atrás todo lo que le resulta familiar, para enfrentar un entorno nuevo.
A nadie le resulta fácil dejar paredes que recuerdan viejas historias de días
pasados. A nadie le resulta fácil cerrar por última vez una puerta sin vuelta
atrás…
Pero las cosas cambian y de nuevo
uno tiene que poner a prueba su capacidad de adaptación, dejando de lado
historias nostálgicas, que no aportan nada más que una pérdida de tiempo.
A partir de mañana esos escalones
blancos precedidos de ese árbol que día tras día nos daba la bienvenida a una
jornada de sol y sombra, se verán suplantados por un nuevo edificio que se
encuentra unas calles más abajo. A partir de mañana me dirigiré de nuevo a la
zona de Maijubahal de Katmandú, tal vez con miedo de equivocarme de puerta…
Siempre es difícil hacerse a un
lugar nuevo, pues uno al entrar siempre busca similitudes de espacio, que le
hagan sentirse como allí donde pasó los últimos días. Somos animales de
costumbres, y tras cruce de nueva puerta, los llamados rituales se ven
transfigurados por unas nuevas paredes, mesas, sillas que andan tan perdidas
como nosotros.
Hoy tras sentarnos todos en el
suelo, miramos la nueva Oficina y decidimos que tal vez lo más fácil, es que
aquel espacio de nuevo nos lo hagamos nuestro.
Los pinceles, los martillos, los
destornilladores, serán tomados por cada uno de nosotros y tal vez
inevitablemente empezaremos a transformar ese espacio a vivo recuerdo de aquella
imagen que empieza a quedar en el olvido.
Todos sabemos que serán días de
descuidos, de no encontrar cada una de aquellas cosas, las cuales estaban en
ese sitio que cada uno de nosotros conocíamos; pero día a día nos inventaremos
o no excusas para pensar sobre las ventajas de ese nuevo espacio.
Un espacio tal vez más soleado,
un espacio tal vez más acogedor, un espacio tal vez más cálido,..un espacio que
cada día nos lo sentiremos más nuestro. Tal vez nos cambiaran el cartel de
sitio, pero la esencia y la gente que encontraremos dentro seguirá siendo la
misma; los jóvenes del Proyecto Joven d’Amics de Nepal.
Hay que seguir pensando que a
pesar que a veces los cambios vienen disfrazados de problemas, en el fondo los
mismos nos acercan al cumplimento de nuestros propósitos.
Ahora tendremos la posibilidad de
abrir una puerta a nuevos retos y con ello podremos aprovechar, para comenzar
una limpieza mental y poder escribir un nuevo capítulo de la historia de cada
una de nuestras vidas; que mejor que aceptar cuando ha terminado un ciclo para
tomar con más fuerza que nunca el que se presenta,
Tras vuelta a casa, me paso de
nuevo por la Estupa, en busca de mí peregrinaje simbólico alrededor de la
misma, al momento que recuerdo uno de los principios, que había oído en boca de
alguno de aquellos monjes de túnica morada que observo.
Era el principio de la
transitoriedad de todos los fenómenos, es decir, el hecho de que todo está en
constante cambio y nada permanece igual; está claro que incluso lo aquí escrito,
al cabo de unos minutos se seguiría transformando…Asia que hasta luego.
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