Cuando la Ama es algo más que un palíndromo
Una de las cosas que tal vez he
pasado por alto en estos últimos escritos o en todos, ha sido la mitología, sin
lugar a dudas una de las cosas más interesantes con las que divagar cuando uno
conoce una nueva cultura.
Hoy tomaba de ejemplo Ganesh, tal
vez no conocido por nombre por la mayoría de mortales, pero si por su forma.
Sí, esa deidad que con cabeza de elefante habíamos podido ver en libros,
estampas y murales que escondían una cierta espiritualidad en un mundo
desconocido.
Si, quería hablar de Ganesh, pero
no de la típica historia que relata como acabo con dicho aspecto, tras ira y
posterior apaño de Shiva, sino de algo que daría a entender porque el mismo es
adorado como el dios del conocimiento y la sabiduría.
Según parece tras reto presentado
por sus padres, los presentes Shiva y Parvati, tenía que competir con su hermano
Kartikeya, para ver cuál de los dos era el más rápido en llegar al sitio más inhóspito
del mundo y volver; pues el primero que lo lograra recibiría el “premio” de
casarse, (pongo comillas y abro paréntesis, porque soy de los que creo que uno
debería estar siempre enamorado, por eso jamás debería casarse; el matrimonio
implica una pérdida o renuncia a la libertad).
Tras paréntesis cerrado y esperando
que cada uno piense lo que quiera, prosigo con la historia. Kartikeya se subió
al lomo de Paravani su pavo real y sin perder tiempo emprendió el viaje; en
cambio, Ganesh junto a su ratón se quedó tranquilo en su hogar, como si aquello
no le importara demasiado.
Algunos tal vez pensareis que Ganesh
quería vivir siempre enamorado y tal vez por esto no quería casarse. Pero no,
la cuestión es que tras paso de unos días volteo a su madre Parvati y le dijo
que el reto ya estaba superado en creces. Tal vez las palabras fueron los
siguientes:
Madre, ¿acaso no has leído las
escrituras sagradas?, Los Shastras dicen que tú eres la madre sagrada, el mundo
y el universo entero, y yo te acabo de voltear, con lo cual he superado la prueba.
Podría ahora continuar con la
historia, que si Ganesh se casó, que si Ganesh tuvo hijos, que si…pero tal vez
al final podría acabar aburriéndoos con tanta mitología de golpe.
Al fin y al cabo, donde quería
llegar yo era a otro sitio; tal vez lo de querer hablar de mitología me lo he
inventado con la excusa de que saliera la palabra “Madre” y a partir de aquí traducirlo
a Ama, que no es nada más que su significado en Nepalí.
Y el tema es que cada uno de
aquellos llamados expatriados que voy conociendo dicen que tienen una Ama, que
evidentemente no es la que regenta alguno de sus apellidos, sino que es alguien
que les protege en su estadía. Sí, es como una madre tomada de préstamo mutuo,
para poder anclarse en un vínculo allí a lo lejos de donde estén.
Los días siguen pasando, la
palabra Ama sigue apareciendo en las conversaciones y yo sin ella. La verdad es
que a veces giro la cabeza y disimulo cuando sacan el tema; pero en el fondo me
quedo tranquilo, pensando que a la larga cada uno recibe lo que se merece.
Humildemente creo, que esa mujer
que cada mediodía nos sirve ese Chowmein y que nos mira con cara misteriosa,
acabará convirtiéndose en un tema de que hablar y en ese momento, yo no tendré que
voltear más mi cabeza; pues -Se verla al
revés -
La verdad que tanto texto sólo me
ha servido para recordar, que a menudo nos cuesta decir lo que realmente
queremos decir… y pensar que con una misma palabra tal vez parece que digamos
dos; pero cómo no soy sabio ni tengo conocimiento…Palíndromo.
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