miércoles, 15 de febrero de 2017


Camino hacia la playa, camino hacia Malasia

Después de estar ya más de tres meses en Nepal, llega el momento de empezar a pensar en hacer algún cambio. A pesar de que uno toma por bandera la idea de no pensar en el pasado y en el futuro, tal vez ya le quedaron lejos esos libros de Eckhart Tolle e inevitablemente empieza a llamar a otras puertas para que el dinero no se convierta en el guía de uno mismo.

Sin lugar a dudas la playa siempre ha sido un lugar de reconciliación conmigo mismo y en donde a lo largo de la vida he encontrado las respuestas que quería oír, previa llegada a la misma. Así que me dirijo a la playa, sin pensar que la misma me sirva de excusa, para ver que lo que realmente necesito es un cambio de aires. Como siempre he dicho un cambio de lugar, me permite empezar de nuevo de cero, con la misma identidad, pero con más apertura de pensamiento.

Pero sin ganas de soltaros un mensaje existencialista, sólo dijo que cojo mis cosas y me largo por unas semanas a Malasia. Allí me espera un nuevo país en donde ordenar de nuevo mis pensamientos, allí me espera una playa en donde tumbarme con mente en blanco sin tener que pensar en el que tengo que hacer de inmediato.

Tal vez es el ser nómada que se alza de nuevo, que no quiere pensar en que existen ataduras en un mismo y solo por el hecho de cambio de escenario ya significa un alivio para el mismo.

La verdad es que ni muchos menos estoy cansado de Katmandú, pues aquí estoy tranquilo viendo pasar los días sin cuestionarme si hago mucho o poco, pues lo que hago es lo que necesito en cada momento; pero tampoco os engaño si os dijo que la ganas de conocer nuevos sitios ya me empieza a remover la curiosidad.

Volveré en unas semanas a Katmandú y estaré tal vez un mes o dos más en Nepal, pero sé que llegará el día en que mi visado no me permitirá estar más en este país, con lo cual hay que empezar a pensar con nuevos sitios que se dejen acoger.

Está claro que siempre tengo la posibilidad de una vuelta a España. Un trabajo temporal de verano para recuperar esa moneda de cambio puede ser la solución, para después poder volver a armar las maletas y conocer nuevos sitios; pero la verdad es que cuando uno está de nuevo fuera, cada vez le cuesta más regresar, pues el mundo está para descubrirlo, más allá de lo que marcan las palabras escritas en forma de libro.

Tal vez a veces podría tener la sensación de que me estoy perdiendo cosas, dando vueltas por allí donde no están los que te siguieron durante años. Ahora no siempre estoy presente en esas fiestas familiares de cumpleaños, ahora me alejo del crecimiento de seres queridos, etc…pero uno al final acaba tomando la vía que le hace la vida más placentera.

Tal vez pareceré un poco egoísta, pues al final uno piensa en el bienestar de sí mismo, pero desde mi punto de vista, sólo de esta manera podré mostrar felicidad hacia los demás y los mismos la recibirán de la misma manera.

Así que de nuevo buscaré una aventura sin fecha de caducidad, serán unas semanas de playa, serán unas semanas en las que en el fondo tendré que empezar a pensar que hacer a partir de Abril; Port de la Selva, Asia, África,… tarde o temprano tenía que volver a salir la pregunta.

Ahora relajado pienso que el único billete de ida y vuelta es a Malasia y con ello me quedo tranquilo pensando que aún me quedan muchas cartas con las que jugar. Aún sigo pensando que tengo mucha más libertad ahora, que antes de que empezara esta historia, allí en el 2012.

Sigo pensando que nada es para siempre…. y sigo corriendo; pues la vida siempre tiene algo preparado que supera cualquiera de mis fantasías.



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