Viejos versos. Dedicaciones
Sentado en esa fría sala de la
Biblioteca Municipal de Valparaíso me decidía a rescatar viejos versos que
había escrito meses atrás. Me di cuenta que muchos de ellos eran autocríticos
con mi propia conducta y tal vez era por ello que ahora los lanzaba al aire. Mi
intención no era la búsqueda de consejos lapidarios, sino que tan solo se
trataba de un ejercicio de despojo personal de aquel pensamiento que tal vez se
había quedado huérfano de acción. Aunque tal vez al final de la lectura me
acabaría preguntando si hoy sería siempre hoy.
Para los que quieren amar siempre mañana
El tiempo va pasando
mientras te refugias en el pasado,
el tiempo va pasando
mientras te imaginas un futuro.
¿Pero es que ahora
piensas lo que haces,
para poderte dar
derecho a recordarlo?
Sí, ahora tus ojos
abiertos miran de frente,
sí, ahora tus ojos
abiertos no miran a nadie.
Son ojos cerrados al
presente,
son ojos que buscan
preguntas.
Preguntas sin
sentido, aparecen sin ser vistas.
Preguntas sin sentido,
ayudan a que no nos confundamos.
Pero tranquila, el
sentimiento no se pregunta.
Pero tranquila, el
sentimiento existe.
No me preguntes, para
que sepa que existes.
No me preguntes, para
escuchar mi voz.
Porque tú existencia
es mi sentimiento.
Porque mi voz no
tiene sentido sin tú presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario