lunes, 9 de septiembre de 2013

Viejos versos. Dedicaciones

Sentado en esa fría sala de la Biblioteca Municipal de Valparaíso me decidía a rescatar viejos versos que había escrito meses atrás. Me di cuenta que muchos de ellos eran autocríticos con mi propia conducta y tal vez era por ello que ahora los lanzaba al aire. Mi intención no era la búsqueda de consejos lapidarios, sino que tan solo se trataba de un ejercicio de despojo personal de aquel pensamiento que tal vez se había quedado huérfano de acción. Aunque tal vez al final de la lectura me acabaría preguntando si hoy sería siempre hoy.

Para los que quieren amar siempre mañana

El tiempo va pasando mientras te refugias en el pasado,
el tiempo va pasando mientras te imaginas un futuro.
¿Pero es que ahora piensas lo que haces,
para poderte dar derecho a recordarlo?

Sí, ahora tus ojos abiertos miran de frente,
sí, ahora tus ojos abiertos no miran a nadie.
Son ojos cerrados al presente,
son ojos que buscan preguntas.

Preguntas sin sentido, aparecen sin ser vistas.
Preguntas sin sentido, ayudan a que no nos confundamos.
Pero tranquila, el sentimiento no se pregunta.
Pero tranquila, el sentimiento existe.

No me preguntes, para que sepa que existes.
No me preguntes, para escuchar mi voz.
Porque tú existencia es mi sentimiento.

Porque mi voz no tiene sentido sin tú presente.


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