Volver a empezar. Panamá
A pesar de que las cosas empezaban a tomar forma allí
en el Caribe, sentía la necesidad de hacer un click de vuelta a empezar. No era
malo el sitio, pero era como tener ganas de volver a sentir que empezaba el
viaje con otro pie; así que tras repasar el cambio de Watzlawik me tomé un bus
hacia Sixaola para allí pasarme a Panamá. Tal vez en pocos días regresaba a
Costa Rica para compartir un carro, pero no podía esperar más; pues creo que si
uno se queda encerrado en un mismo ambiente acaba perdiendo su energía.
Quien sabe, tal vez en mi vuelta en pocos días a Cosa
Rica, encontraría ese lugar ficticio o jardín imaginario en donde poder
encontrar un rincón que me perteneciera, pero está claro que el tiempo para
quien espera es difícil de medir, así que se acabaron los relojes imaginarios
para hoy.
Asimismo acababa perdiendo en el aire un billete de
vuelta el cual posiblemente me estaba condicionando a ver las cosas de forma
poco realista. Sí, curiosamente esos billetes de ida y vuelta que acaban
condicionando lo que vas a hacer, son esos casos en que parece que pongas una
fecha de caducidad a las cosas; aunque es cierto que a veces las fechas de
caducidad no existen, pues cuando creas sentimientos estos perduran para
siempre.
Ahora sí miraba hacia atrás podía pensar que tal vez
no había aprovechado al máximo ese mes en Costa Rica y muchas cosas se habían
escapado por el camino sin darme cuenta, pero como animal que se mueve por
sensaciones me parecía que había ido a su encuentro en una fecha equivocada. Sí,
tal vez yo y Costa Rica éramos como dos amantes que habíamos nacido bajo una
estrella desafortunada.
Así que de nuevo era como si me encontrara en casa
planeando y leyendo sobre el nuevo país que iba a visitar; era como si abriera
la primera hoja de un libro que empezaría a escribir en el día de hoy.
Y a día de hoy esas primeras hojas empezaban con ese
típico puente andante de madera que separaba esas dos banderas y en donde tras
unas pequeñas trabas a la entrada finalmente podía llegar con un colectivo a la
“portuaria” Almirante.
En Almirante una lancha me esperaba para acercarme a
la Isla de Colón de Bocas de Toro. Panamá.
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