Fechas para recordar y olvidar
Podría haber sido un sábado
cualquiera, un día más de feriado semanal en Nepal; pero una vez más la
naturaleza no tuvo remordimientos en señalar el 25 de abril de 2015, como una
fecha para recordar en la columna de sucesos del S.XXI.
Un sismo de 7,9 grados en la
escala Richter con epicentro al noroeste de la capital Katmandú, desplomaba una
vez más un país desgraciadamente demasiado acostumbrado a tomar el receso tras
el avance como forma de vida.
Más de 7.000 personas perdían la
vida, al momento que cada uno de aquellos patrimonios de la humanidad, se
convertían en un montón de escombros que ya sólo quedarían en el recuerdo de
los viejos libros de historia.
Cerca de las oficinas d’Amics de
Nepal, esa mítica Estupa de Boudhanath se quedaba huérfana de paseantes, pues
la gente sólo le quedaba tiempo para luchar por conseguir trozos de lona, para
convertirlos en improvisadas tiendas de campaña hechas hogar.
Es 22 de noviembre de 2016, aún
existen campos de desplazados en el centro de Katmandú que no ayudan a olvidar
lo sucedido, pero hoy es un día especial. Tras una ceremonia budista se abre de
nuevo al público la Estupa.
Los trabajados de restauración
han llegado a su fin y una sensación de felicidad inunda cada una de aquellas
callejuelas que se erigen a ese conjunto iluminado que de nuevo invita a ser
acompañado por caminantes.
Uno de esos grupos de caminantes,
cruza esa plaza cargado de cubos y diferentes enseres con la idea fijada en
hacer algo especial. Son los chicos del Proyecto Joven d’Amics de Nepal, que se
dirigen a Mahendra Baudha Higher Secondary School; pues ha llegado el momento
de poner su grano de arena en ese día de celebraciones para el país.
De nuevo se suben al escenario
con sonrisa en rostro, para seguir contando las realidades del país; hoy toca
hablar de nuevo sobre los inconvenientes medioambientales que arrastra el
mismo.
Frente a ellos, un sinfín de
niños se apretujan por no perderse los movimientos de cada uno de aquellos
personajes, que se convierten por más de un día en ídolos para ellos.
Se trata del hombre azul y su
conjunto de hábiles secuaces que luchan por ver un Nepal limpio, un Nepal sin
polución, un Nepal sin contaminación, un Nepal que avance.
Son las 5.30 de la mañana del 28
de noviembre de 2016, más de un móvil suena en esas casas de Katmandú. En cada
uno de ellos se puedo leer un mensaje; - ¿lo has sentido? –
De nuevo un terremoto acechó el
país, esta vez sólo fueron 5.5 grados en la escala de Richter. Tal vez será
tema de conversación en esa fría mañana, pero lo que sí que es seguro, es que
los chicos del Proyecto Joven d’Amics de Nepal asistirán de nuevo a la oficina
con sólo una idea; lo pasado, pasado esta y hay que mirar hacia delante. Sólo
de esta manera podremos luchar con más fuerza que nunca por todos los nuevos
proyectos que se vienen encima.
Sigo pensando que aún tengo que
aprender mucho de ellos…
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