domingo, 4 de diciembre de 2016


Fechas para recordar y olvidar

Podría haber sido un sábado cualquiera, un día más de feriado semanal en Nepal; pero una vez más la naturaleza no tuvo remordimientos en señalar el 25 de abril de 2015, como una fecha para recordar en la columna de sucesos del S.XXI.

Un sismo de 7,9 grados en la escala Richter con epicentro al noroeste de la capital Katmandú, desplomaba una vez más un país desgraciadamente demasiado acostumbrado a tomar el receso tras el avance como forma de vida.

Más de 7.000 personas perdían la vida, al momento que cada uno de aquellos patrimonios de la humanidad, se convertían en un montón de escombros que ya sólo quedarían en el recuerdo de los viejos libros de historia.

Cerca de las oficinas d’Amics de Nepal, esa mítica Estupa de Boudhanath se quedaba huérfana de paseantes, pues la gente sólo le quedaba tiempo para luchar por conseguir trozos de lona, para convertirlos en improvisadas tiendas de campaña hechas hogar.

Es 22 de noviembre de 2016, aún existen campos de desplazados en el centro de Katmandú que no ayudan a olvidar lo sucedido, pero hoy es un día especial. Tras una ceremonia budista se abre de nuevo al público la Estupa.

Los trabajados de restauración han llegado a su fin y una sensación de felicidad inunda cada una de aquellas callejuelas que se erigen a ese conjunto iluminado que de nuevo invita a ser acompañado por caminantes.

Uno de esos grupos de caminantes, cruza esa plaza cargado de cubos y diferentes enseres con la idea fijada en hacer algo especial. Son los chicos del Proyecto Joven d’Amics de Nepal, que se dirigen a Mahendra Baudha Higher Secondary School; pues ha llegado el momento de poner su grano de arena en ese día de celebraciones para el país.

De nuevo se suben al escenario con sonrisa en rostro, para seguir contando las realidades del país; hoy toca hablar de nuevo sobre los inconvenientes medioambientales que arrastra el mismo.

Frente a ellos, un sinfín de niños se apretujan por no perderse los movimientos de cada uno de aquellos personajes, que se convierten por más de un día en ídolos para ellos.

Se trata del hombre azul y su conjunto de hábiles secuaces que luchan por ver un Nepal limpio, un Nepal sin polución, un Nepal sin contaminación, un Nepal que avance.

Son las 5.30 de la mañana del 28 de noviembre de 2016, más de un móvil suena en esas casas de Katmandú. En cada uno de ellos se puedo leer un mensaje; - ¿lo has sentido? –

De nuevo un terremoto acechó el país, esta vez sólo fueron 5.5 grados en la escala de Richter. Tal vez será tema de conversación en esa fría mañana, pero lo que sí que es seguro, es que los chicos del Proyecto Joven d’Amics de Nepal asistirán de nuevo a la oficina con sólo una idea; lo pasado, pasado esta y hay que mirar hacia delante. Sólo de esta manera podremos luchar con más fuerza que nunca por todos los nuevos proyectos que se vienen encima.

Sigo pensando que aún tengo que aprender mucho de ellos…



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