Hoy toca de Kant a Nepal y tiro
porque me toca
El hecho de que a lo largo de la
historia uno se vaya encontrando frases del tipo; “Un pueblo educado es un
pueblo libre” de Kant, “Un pueblo que no sabe leer y escribir, es un pueblo
fácil de engañar” de Che Guevara o “La educación es el arma más poderosa que
puedes usar para cambiar el mundo” de Nelson Mandela., nos demuestra que hay
que desmontar cada uno de aquellos rebaños humanos que se dedican a dignificar
la figura de un gobierno que dirige a su antojo, pues tal vez la crítica al
mismo se desvanece por falta de voz o debate.
Espero que al final de este
escrito no penséis que como estúpidamente llamado “occidental”, predico por
conseguir un tipo de vida europeizada, americanizada o como más rabia deseéis nombrarla,
sino que espero un mundo que sea de cada uno de aquel que lo vive, creado bajo la
idea de que la crítica, sirva de estandarte para reconciliarse con la voz que
nos han dado.
Básicamente hay que concebir la
educación como un proceso de formación esencialmente orientado a la
construcción de una subjetividad crítica, capaz de asumir una posición racional
y autónoma en el debate acerca de los principios sobre los que se sustentan las
instituciones sociales.
Hay que concebir la educación
como el vehículo para perder el temor a alzar la palabra, pues en el fondo lo
que a todos nos va consumiendo en cada uno de nuestros actos son los estúpidos
miedos, lo cuales se convierten en estereotipos humanos difíciles de ahuyentar.
El temor al error magnificado por
políticas educativas, basadas en la repetición de frases sin sustento, que
eliminan la capacidad del libre pensamiento innato del ser humano. El libre
niño se convierte en preso de cada uno de aquellos mensajes que debe ir
repitiendo, los cuales según parece contienen una verdad que simulan algunos.
Unos mensajes que lo que hacen no es nada más que crear un camino del cual no
se pueden salir, pues más allá del mismo existe una zona inexplorada, que tal
vez por desconocimiento, consigue desgraciadamente que el “miedo” a opinar de
forma diferente se vea acrecentado.
Hay que poder conseguir educar un
pueblo que pueda diferenciar un discurso serio de una predica demagógica, un
pueblo sin cobardía a opinar, un pueblo que no desconfié de sus posibilidades y
gracias a ello conseguiremos un pueblo más feliz.
En el fondo se trata de un tema
de desconfianza con uno mismo, la cual ha estado fomentada hábilmente por
aquellos que manejan desde arriba atiborrándonos esos temores.
Mientras tengamos miedo, no
estaremos educados y careceremos de inteligencia. La educación no consiste
meramente en atestar la mente con información sino en ayudar al estudiante a
comprender sin temores esta vida, a comprender con libertad esta vida. Hay que
empezar a evitar el hecho de que aquellos que educan ejerzan poder sobre las
personas, pues a partir de este momento la sensación de poder hacia los otros
se convertirá en una nueva triste historia sin “voz” que contar.
El problema es que cuando a uno
le hablan sobre un tema que no conoce, lo único que puede hacer es asentir y
creer lo que le dicen, pero cuando se tienen unos conocimientos mínimos a uno
no se le puede manipular tan fácilmente.
Entendamos de una vez que ni el
gobierno ni nadie, son la solución de cada uno de nuestros problemas, sino que
somos nosotros mismos los que tenemos dicho poder.
Me vienen todos estos
pensamientos ahora en Nepal, no sé si será por algo o no, pero tal vez yo en el
fondo también tengo miedo a debatir de que si la posible política educativa del
país es la correcta o no.
Sólo me queda pensar que tal vez
no siempre, el sonido del silencio es la mejor opción… ¿pues no saben que el
silencio crece como el cáncer? y por eso hablo, hablo, hablo…cuando me apetece.
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