Abandonando Santiago
Finalmente llego el momento de
partir de Santiago. Atrás dejaba de nuevo a grandes amigos que no sólo me
habían ayudado a tomar consciencia de aspectos tales como; la Dictadura de
Pinochet, la política actual de Piñera, la realidad Mapuche…sino que a través
de ellos había acariciado aquellos aspectos más humanos de los cuáles muchas
veces parece que nos acabamos olvidando. Aquellos aspectos que por suerte aun
se mantienen alejados de cualquier fuente informativa ultrajada por la necesidad
de dar de comer al capitalismo y que tan sólo florecen a través del propio sentimiento
de cada uno de nosotros
De Barrio Brasil a Providencia,
de Plaza Yunkai a Barrio Bellavista, no importaba el sitio, cualquier rincón
era bueno para conocer las inquietudes, los miedos, las victorias, las
esperanzas de cada uno de nosotros. Cada uno de aquellos que me acompañaban
parecían estar de vuelto de todo en cuanto a muchos de los aspectos de la vida
que a día de hoy yo me pudiera cuestionar; muchos de ellos ya hacía tiempo que
habían tomado su mochila como forma de vida y tan sólo bajo la tenue y humilde
insignia de cualquier pueblo de donde fuesen originarios habían viajando con
ojos abiertos con la única intención de aprender. Era por ello que ahora me
dedicaba a escuchar más que hablar para poder conocer, para poder aprender de cada
uno de aquellos mensajes que aparecían en forma de alertas y que podrían ir
allanando cualquier impedimento existencial que me pudiera ir encontrando de
ahora para adelante.
Las últimas palabras que recuerdo
de ese bautizado como “kilometro 0”, allí en donde sólo sabes cuando entras,
pero no cuando sales…fueron que tenía que seguir mi camino en búsqueda de la
luz, pero no una luz en sentido transcendental, sino que la luz tomaba forma en
concepto de todo el conocimiento que podía ir adquiriendo, pues en este viaje
cada vez tomaban más importancia, no los destinos sino las personas que me iba
encontrando.
Así que me desprendía de mis
anteojeras para agarrar un bus en búsqueda de un nuevo destino, mejor dicho en
búsqueda de nuevas “personas”, al momento que mis oídos retomaban canciones de
los Jaivas, del Fulano, de los Prisioneros, …las cuáles me ayudarían a
recuperar, ya viejos mensajes que esos días se habían convertido en bellas lecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario