Y más Santiago….
Seguía en Santiago de Chile y cada uno de
mis pensares se centraban más en mi mismo, supongo que era el precio que uno tenía
que pagar cuando uno se aposentaba durante arto tiempo en un mismo sitio. Era de
esta manera como veía que se iban alejando cada una de las emociones que me
pudiera despertar todo aquello que me rodeaba.
Con ello me preguntaba si es cierto que los
humanos somos más felices cuando no hay elección o nos dicen lo que tenemos que
hacer, porque es entonces cuando no sufrimos. Así me encontraba ahora en
Santiago, feliz y con pocas preocupaciones..Pero ello me hizo recuperar
nuevamente esos escritos que había redactado hace un tiempo, estos me
demostraban que a veces el sufrir te hacía vivir las cosas con más intensidad y
con ello la felicidad vuelve con más fuerza que nunca.
Difíciles palabras
se niegan a ver la luz,
bajo el miedo a
encontrar obstáculos que te obliguen a olvidarlas.
Intentas recordar
lo que sientes,
sin darte permiso a
que puedas sentir algo.
Quisieras darle un
nombre, quisieras no olvidarlo,
quisieras darle un
nombre, pero no para recordarlo.
Porque el recuerdo
es el olvido,
porque el recuerdo
es pasado,
porque hoy existe
el presente,
porque hoy estas
viva.
¿Por qué me niegas
tus sentimientos
¿Por qué me niegas
tus palabras
¿Por qué te
escondes cuando eres
¿Por qué eres lo
que no quisieras ser
¿Miedo a sentir sin
ser sentida?
¿Miedo a mirar sin
ser vista?
¿Miedo a amar sin
ser amada?
Sigue creando
miedo,
eres libre para
hacerlo
Pero abre los ojos,
porque el amor no
es ciego
…. para todos
aquellos que sienten sin palabras. Pensar que uno puede darse permiso a sufrir,
pero también a querer y a ser querido.
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