domingo, 29 de junio de 2014

Intentando olvidar sumar y restar en Kelowna

Dicen que si te gustan las aventuras no dejes que la ciencia te estropee las cosas; pero a pesar de que a día de hoy sumerja mis piernas en las frías aguas del lago Okanagan para equilibrar las faltas de oxigeno perpetuadas por unos precios que me acorralan en tiempo y espacio, no consigo olvidar el convertidor de moneda.

Ya deje el couchsurfing para juntarme con aquellos que tal vez se encuentran en la misma situación que yo, pero veo que los mismos andan con la billetera más cargada. Así que me levanto de buena mañana y tras un pancake con azúcar cortesía de la casa, salgo a la calle con pulgar levantado en busca de que alguien me lleve a esas “farms” en donde uno pueda recoger algo a cambio de unos buenos dólares.

Cruzo hasta la zona de Oliver, no tener vehículo complica las cosas y la work permits o como se llame aún más; algunos me comentan que tal vez en una semana pero que no tienen lugar donde hospedarme, así que la inversión en una tienda de campaña parece inevitable; es entonces cuando me planteo si realmente esto es lo que busco, si realmente esto es lo que quiero.

Está claro que es una nueva prueba matemática en la que me he visto inmerso y que la misma está condicionando la libertad de hacer lo que quiera. Pero compañeros, que yo sólo quería intentar seguir pintando cuadros con palabras con más o menos criterio, no pedía nada más.

Me devuelvo por las tardes un poco más cabizbajo en busca de mi plato de pollo con algo o de algo con pollo, pues la alimentación aun la considero necesaria para poder tener la cabeza cuerda y el cuerpo con suficiente energía para poder seguir sonriendo a cada uno de aquellos personajes anónimos que me cruzo por la calles de British Colombia. Sí realmente una de las cosas que me ha sorprendido de Canadá, ya sea en un pueblo o en una ciudad, que siempre tienes un intercambio de sonrisas que te llenan de ánimo, pues somos personas; así da gusto vivir, mientras me pueda olvidar de la ciencia.

Miro a izquierda y derecha del mapa de Canadá; un Calgary estaría bien ya sea por Bon Iver o Antonia Font, pero cualquier desplazamiento en bus a otra zona es una apuesta a todo o menos que antes, así que de momento me refugio a la espera, sin creer que el factor suerte me haya olvidado.

Me acerco de nuevo a esa playa inventada del lago Okanagan a sumergir mis piernas y “today” mi cuerpo entero. Al salir del agua veo que la gente sigue sonriendo, no parece que hagan cuentas e incluso los más pequeños no parecen ni utilizar sus índices ni pulgares para decir cuántos años tienen. Pues estamos en verano y esto es lo que buscaba, así que tengo que estar feliz a pesar de que “About today” la suerte tal vez me abandono.


Mañana será un nuevo día y tal vez alguien se acordara de mí cuando ande por aquellas “farms”, sino siempre me quedaran esas cálidas sonrisas anónimas que por suerte me olvide de enumerar.





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