martes, 3 de junio de 2014

Un poco de amor para quien quiera

Cuando no sean noticia las palabras que escribí pensando en ti, podré volver a sentir que puedo escribir de mí.

Cuando sean noticia las palabras que escribí pensando en mí podré volver a sentir que piensas en mí.

Mientras siga el derroche de ilusiones ahogadas por miedo a que se conviertan en nuevas heridas que cicatrizar, seguiremos deambulando a oscuras acariciando el lamento como única forma de reconocer el corazón.

Mientras sigamos pensando que ya no somos niños para poder seguir jugando al juego del amor, el corazón no será más que otro trozo de carne que nos mantiene enteros de vida perdida y vacía de ilusiones.

Espero que algún día los dos volvamos a ser niños para volver a no saber lo que no queremos, pues tal vez así recordaremos que hubo un día en que pensábamos que había mucho que ganar y poco que perder; recordaremos que hubo un día en que no pensábamos que una herida podía volver a sangrar.
Te sigo recordando que sólo se pierde lo que dejamos escapar, pues  lo que existió siempre nos dejará una marca y no uno cicatriz que recordar.

Pero si lo deseas podemos seguir escribiendo soledades tras cualquier antídoto, llamado vaso de alcohol si quieres medio lleno y así recordar tontamente los besos que no nos dimos.

Pero si lo deseas podemos luchar porque la derrota empiece a tener muchos padres y la victoria sea huérfana de un yo, pues sólo de esta manera podremos volver a desenfundar nuestras palabras sin miedo a que decir; sólo de esta manera podremos volver a jugar sin saber que es ganar o perder, sólo de esta manera podremos volver a tener una ilusión que tal vez olvidamos llamada corazón.

Sólo diciendo lo que pensamos el uno del otro nos ayudará a pensar que nuestras palabras permanecerán vivas una vez que nuestra voz se apague; no esperemos a ver la muerte para entender que el lamento no tiene sentido y dejemos de hablar de una vez más alto para empezar a hablar más claro.

La vida es de los que arriesgan, así que ves donde te lleve el corazón a no que te quieras convertir en una masa de deseos no cumplidos. Recuerda que cada año nuevo uno es más viejo y la felicidad inesperada que supone encontrarse con una mujer/hombre que merece la pena querer y ser querida/o por el/ella no amanece y anochece cada día a tu lado.

Nunca será una derrota viajar o dejar de hacerlo; la única derrota sería empecinarse en alcanzar la infelicidad.

Dedicado a quien quiera que viaje o no; pero viajar por la vida lo hacemos todos… yo ahora en Portobello, pero se podría escribir desde cualquier sitio.



No hay comentarios:

Publicar un comentario